Los artistas están en alerta ante un eventual decreto que busca eximir del pago por los derechos de propiedad intelectual a las entidades hoteleras. Prisma dialogó con los músicos Esteban Agatiello y Julián Kraljevich para conocer la postura de los afectados por el cambio.

  • Reportaje y texto: Julián Retamozo

Durante el pasado mes de febrero, el gobierno notificó a la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI) de la sanción de un decreto que “limitará drásticamente o eliminará los derechos que pagan los hoteles por ofrecer televisores en las habitaciones”. La medida afectaría las recaudaciones de las diferentes entidades de gestión colectiva (SADAIC, Argentores, SAGAI, DAC y AADI-CAPIF) e “involucra sin retribución las actividades en los espacios comunes”.

Esto guarda estrecha relación con un proyecto de ley presentado el año pasado por la senadora cordobesa por el PRO María Laura Machado quien trabajó para el grupo Ecipsa, vinculado al negocio hotelero. Dicho proyecto (el N° 537/18) busca modificar el artículo 36 de la ley 11.723, de propiedad intelectual, estableciendo que no será considerada como pública a los fines del pago de derechos de autor, la reproducción de obras musicales, argumentales o literarias realizadas dentro de las habitaciones de hoteles u hospedajes.

Prisma dialogó con Esteban Agatiello (músico de Richter, asesor legal de Unión de Músicos Independientes) y con Julián Kraljevich (músico, fundador y director general en UP Music Management) para conocer la postura de los afectados por el cambio en la normativa.

En el proyecto de ley presentado por la senadora Laura Machado, se considera que la actual ley, a pesar de que es celosa en la tutela de derechos de autor, es una de las más restrictivas en el mundo. ¿Cuál es su opinión?

Agatiello: El proyecto de ley exime a los hoteles y alojamientos del pago de derechos de propiedad intelectual, lo que se llaman derechos de autor y derechos conexos, que son los derechos de autores de música, de directores y de guionistas. Y, en el caso de intérpretes, lo que son músicos y actores. Y, por último, el caso de productores fonográficos (en el caso de la música). O sea, son 6 entidades que tienen una repercusión negativa por esta eximición cuando no entendemos por qué tiene que ser así. No encontramos el fundamento por el cual exceptuar a hoteles y alojamientos de este pago.

Kraljevich: La realidad es que a la hora del ajuste no hay ley que no sea restrictiva para el gobierno. Seguramente algún “amigo” que tiene sus negocios dentro de la hotelería le ha molestado eso y como en la Argentina es tan fácil presentar una modificación o maniobra maquillada de proyecto de ley “justo” para beneficiarse ellos mismos, no lo pensaron ni un momento.

¿Cómo afectan a los músicos los cambios propuestos por la normativa?

Kraljevich: Es muy sencillo. El músico o la banda no recibirá regalías ni por el show en vivo que pueda hacer, ni por los pagos que debe hacer el establecimiento a AADI por utilizar música en televisores y demás. Recordemos que el cobro por derechos de autor e interpretación es la principal fuente de ingreso para los artistas y si esto es revocado o limitado impacta directamente a un bolsillo que ya viene golpeado por la inflación y lo difícil del ecosistema artístico a la hora de subsistir económicamente.

Agatiello: A los músicos los afecta porque siempre que haya menos recaudación, hay menos plata para distribuir. Es absolutamente lineal. Si uno pudiera justificar porqué se los eximiría del pago, tal vez lo podríamos entender entre todos e incluso podría apoyarse. Pero la verdad es que no entendemos por qué esos lugares que ya hacen un negocio (en este caso, dormir, bañarse, estar, ver televisión, escuchar música, etc). Pensemos que si esos lugares no tuvieran acceso a una televisión o a una radio, no pagarían derecho de propiedad intelectual. Los alojamientos que no dan este servicio no lo pagan, ahora si lo dan, por lógica, lo tienen que pagar.

 

 

¿En qué errores e inexactitudes incurre el proyecto?

Agatiello: Creo que el proyecto en su fundamento parte de un error. ¿Cuál es ese error? Eximir del pago a estos lugares. Desde la Unión de Músicos Independientes tuvimos una reunión con Rodríguez Machado. Ella decía que “las habitaciones no eran lugares públicos y, por lógica, no va mucha gente.” Pero la cantidad de gente no tiene que ver con que sea un lugar público o no. Es un lugar público a partir de que cualquiera pagando un monto puede acceder a él. No es como en mi casa, donde yo decido quién entra y quién no, sino que acá es por un pacto económico. Entonces si un lugar genera un negocio y como servicio le da la posibilidad de ver televisión y escuchar música (no en el celular porque no se puede controlar), porque si uno ingresa a las páginas de los hoteles eso figura como servicio, en televisión y radio se pasa música y lo tienen que pagar.

Kraljevich: Los errores más grandes tienen que ver con pensar que la música no es un servicio, producto, o algo que tenga valor. La música cuesta muchísimo dinero crearla, presentarse en vivo y demás actividades que se realizan. Para mucha gente no tiene valor pero al mismo tiempo quieren usarla para entretenimiento como es el caso de los establecimientos dentro de la hotelería.

¿Hubo alguna instancia de diálogo entre quienes promovieron la regulación y los actores involucrados?

Agatiello: Tuvimos una instancia de diálogo (no como entidad que recauda, pero sí como entidad interesada). Fuimos escuchados, luego presentamos nuestro parecer por escrito, pero la verdad es que no tuvimos una devolución de su parte.

Desde AADI sostienen que la normativa constituye un nuevo atropello a la cultura. ¿Cree que el sector es una víctima recurrente de las políticas del gobierno? ¿Por qué?

Agatiello: No sé si hacer un eje sobre políticas del gobierno actual, pero lo que podemos decir es que toda reducción del pago de derechos intelectuales nos afecta directa y claramente. Nosotros sabemos que los derechos de autor (y sus derechos conexos) tienen carácter alimentario, porque consideramos que es el salario del compositor. No podemos permitir que nos bajen el salario. Si bien no es un salario porque no hay un patrón contratándonos, tiene un carácter alimentario. De eso vivimos y no podemos estar de acuerdo con una ley que exima a algunos, cuando no tiene ninguna lógica.

Kraljevich: El gobierno está desesperado por realizar ajustes en todos lados, lo vemos día a día. El sector salud, educación, etc. Por algo los ministerios ahora son secretarías y el de deporte por ejemplo, ahora es una “agencia” (si bien dicho decreto se hechó atrás). Así va a terminar la cultural, como una agencia, sin nada de presupuesto y estos recortes se van a ver reflejados en la vida de todos los involucrados en la cultura Argentina. Tanto artistas, como instituciones y organizaciones.

Por su parte, el titular de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEGRAH), Alejandro Moroni, dijo al sitio Infonegocios que hay que modificar la ley que regula la propiedad intelectual “porque la ley original es una ley hecha en un gobierno socialista hace más de 80 años, a la que se le fue dando forma a través de decretos que se hicieron por el gran lobby de las entidades, fundamentalmente de SADAIC”.