Creado por miembros de la Universidad Nacional de Quilmes, el programa permite la práctica musical a distancia en alta calidad. Dialogamos con el profesor Diego Romero Mascaró, integrante del equipo desarrollador.

  • Reportaje y texto: Julián Retamozo

 

 

El aislamiento decretado para combatir al covid-19 trajo consigo la paralización de múltiples actividades. Una de las más afectadas fue, sin duda, la actividad musical. Docentes, investigadores y artistas de la Universidad Nacional de Quilmes se pusieron manos a la obra y se las ingeniaron para encontrar una solución que permita volver a desarrollar la actividad. Dicha solución es Sagora Sotfware.

El software permite conectar múltiples usuarios en una sala virtual y transmitir audio en tiempo real sin que se cancelen las señales, como sucede en las plataformas de uso común para teleconferencia. Además, tiene la capacidad de equiparar las diferentes latencias de todas las personas conectadas, logrando que las señales lleguen al mismo tiempo y no haya sensación de delay. Esta particularidad lo transforma en una aplicación sumamente útil para la práctica musical, tanto en el sector de industrias culturales como en el de educación, ya que permite realizar ensayos y/o conciertos utilizando internet.

Prisma dialogó con Diego Romero Mascaró, docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes, director de la Escuela Universitaria de Artes de dicha Casa de Altos Estudios y miembro del equipo desarrollador de Sagora, que ya lleva más de 100.000 descargas en más de 85 países de todo el mundo.

¿Cómo surge Sagora?

DRM: El 2020 fue muy complejo. El 2021 lo sigue siendo, pero el 2020 estuvimos mucho tiempo sin saber de qué se trataba en un aislamiento necesario y muy estricto que hizo que la actividad artística, como muchas otras actividades, se paralizara por completo. Y lo que tiene la actividad musical en particular es que se necesita un entrenamiento constante no solamente en el estudio de cada instrumento en sí mismo (en lo que cada músico o música pueda practicar en su casa), sino también aquellas agrupaciones que tocan juntos necesitan tocar juntos. Necesitan estar, como decimos en música, afiatados. Bien afinados, en sintonía permanente. Y eso es entrenamiento, tiempo de ensayo. Cuando se decreta el confinamiento en marzo de 2020 a muchos de nosotros se nos vino la rutina abajo y parte de esa rutina, en mi caso, es ser músico, tener mi propia agrupación y es ser docente de Improvisación en la Universidad Nacional de Quilmes, que es una asignatura netamente práctica en donde además yo necesito estar tocando con mis estudiantes en tiempo real y en conjunto. A quienes formamos parte hoy de Sagora Software nos agarró muy bien parados, principalmente al Dr. Esteban Calcagno, Nicolás Rodríguez Atieri  y a mí. Veníamos trabajando en hacer música a través de Internet desde hacía muchos años atrás. No es que a partir de la pandemia nos pusimos a ver qué era esto de hacer música a distancia. Ya lo veníamos haciendo desde 2015 y veníamos haciendo conciertos todos los años con la Universidad de Nueva York en EEUU por ejemplo. También lo hicimos con la Universidad de las Artes en La Habana. Eso redundó en que nosotros podamos conocer el estado de situación de lo que es la transmisión de audio por Internet. Y nos propusimos llevar una solución, porque había mucha gente que necesitaba una herramienta para, al menos, poder seguir entrenándose. Esa fue nuestra primer premisa. 

 

 

Además, en el auge de plataformas como Meet o Zoom, que si bien para una entrevista o clases de otra índole sirven, quizás para la práctica musical donde uno necesita estar coordinado, a tempo, no resulten del todo ideales. ¿Cuáles son las ventajas que trae Sagora?

DRM: No te diría que resultan del todo prácticas, sino que resulta imposible realizar una práctica musical en serio con estas plataformas que funcionan muy bien para otras circunstancias para las que fueron pensadas (una entrevistas, una teleconferencia, donde una persona habla y otra escucha). Pero cuando hay una conversación y mucha gente quiere hablar al mismo tiempo, ¿qué sucede? Hay 2 factores principales: uno que se llama latencia, que es el delay. Es decir, yo hablo pero tarda un tiempo en llegar el sonido o la imagen al otro lugar. Y después tiene otra particularidad que es lo que se conoce como “cancelación de señal”. ¿Qué es lo que hacen estas plataformas como Jitsi, Google Meet o Zoom? Si hay muchas señales de audio al mismo tiempo, interpretan que hay una que se tiene que escuchar y el resto es ruido, no sirven y hay que descartarlo. Entonces anulan ese sonido. Por lo tanto, no podés hacer música. Vos tenés 4 personas, ponele, que quieren tocar algo en sincro y tienen un problema de latencia enorme y además tienen el problema de que se le cancelan las señales. Sagora lo que propone es ir directamente a ese punto: anula el video, transmite solamente el audio, y entonces se mejora sustancialmente la latencia casi hasta llegar a lugares en donde no se siente. Tiene una muy buena calidad de audio porque usa una codificación que es mucho mejor de lo que conocemos como mp3. Se llama OPUS el código de audio que se usa, tiene muy buena calidad de audio y todas las voces se van a escuchar de acuerdo a lo que nosotros querramos escuchar porque Sagora tiene además la particularidad de ser una especie de consola mezcladora. 

¿Quiénes formaron parte del proyecto?

DRM: Por suerte hay mucha gente y son los que quiero mencionar siempre: Esteban Calcagno, mi compañero con el cual comenzamos esta aventura y con quien convocamos a Nicolás Rodríguez Altieri, quien es egresado de Música y Tecnología de la Universidad de Quilmes. Diego Surueta quien está a cargo de la comunicación y nuestras redes, Alejandra Bada que siempre no está dando una ayuda terrible, Nicolás Bastida y ahora se sumó Ana Bulla que son también egresados de Música y Tecnología y ahora también están haciendo los tutoriales. En un momento, Nico Bastida ha hecho todo de una forma desinteresada y nos ha dado una mano terrible para poder llevar soluciones a la gente que nos preguntaba cómo descomprimir un archivo zip, cómo conectar un micrófono. Hay muchas personas que están involucradas en el proyecto y me olvido de ellos. Me parece que Esteban es quien tranquilamente podría estar hablando ahora, porque es quien ha estado conmigo 50 y 50 desde el comienzo para armar un equipo cada vez más grande, porque ese también es un sueño. Que Sagora se convierta en una fuente de trabajo genuina para un montón de gente que esté alrededor del proyecto. Ojalá se nos pueda dar.   

¿Cuáles fueron las devoluciones que te fueron haciendo integrantes de la comunidad musical, no solamente desde el ámbito académico, y cómo evaluás el impacto de Sagora en la actividad artística musical?

DRM: Devoluciones hubieron muchas porque fueron muchas las descargas del software. Muchísima gente usándolo o al menos probándolo. Siempre fueron felicitaciones y un agradecimiento enorme al equipo por la iniciativa, por ponerlo de manera gratuita. De todas maneras, Sagora es posible porque existe un programa que se llama Jamulus. Nosotros hicimos una bifurcación de ese programa. Hicimos un fork (así se conoce al término técnico). Eso está basado en un código abierto, por lo tanto, cualquiera podría venir y montarse al código de Sagora montado en el código de Jamulus y seguir creciendo en toda la comunidad de lo que es open source. Entonces, también nos agradecían esto: estar compartiendo Jamulus por un lado, Sagora por otro y el código. Después hubo mucha proactividad en cuanto a posibles soluciones y necesidades. Por ejemplo, una muy puntual era la posibilidad de grabar. La primera versión de Sagora no contaba con la posibilidad de grabar la sesión (sea un ensayo o un concierto) y después sacamos una versión que podía grabar en multicanal también. Eso ha hecho que de a poco en las redes empezaran a aparecer iniciativas artísticas que a nosotros nos llenaron de alegría y orgullo. Donde éramos arrobados por gente que ni conocemos y nos agradecían porque habían vuelto a tocar y habían puesto de repente en streaming un show en vivo pudiendo usar Sagora como transmisión de sonido y lo que hacían era usar la imagen de otra plataforma como Zoom por ejemplo. Entonces, si bien hay un pequeño defasaje entre la imagen y el audio, el audio se escucha perfecto, lo que da la sensación de un vivo fenomenal. Tal es así que nosotros hemos hecho -según tengo entendido- el único concierto al menos en Argentina. Hemos hecho en el Festival Internacional Muchas Músicas en octubre/noviembre del año pasado un concierto donde tocó un trío de rock y los 3 integrantes estaban tocando cada uno desde su casa. Salió 100% en vivo desde nuestra plataforma y con todos los riesgos que ello conlleva (que se pueda caer Internet, que se pueda cortar la luz, etc). Esa banda pudo además monetizar porque se le pagó el cachet correspondiente por actuar en el festival y pudieron tocar en vivo después de mucho tiempo sin poder hacerlo. Esa fue un poco la aventura de Sagora y muchísimos saludos sobretodo de Latinoamérica. La comunidad hispanohablante se ha sentido muy identificada con la propuesta de Sagora y es hasta el día de hoy que sigue habiendo una comunidad muy activa. Es un grupo de más de mil miembros que charlan entre sí y muestran iniciativas. Estamos muy contentos por eso.

 

Diego Romero Mascaró, docente e investigador y director de la Escuela Universitaria de Artes de la Universidad Nacional de Quilmes.

 

Y un dato no menor es que optaron por el software libre. No es una decisión menor porque montar un programa de estas características requiere todo un esfuerzo e inversión. ¿Por qué optaron por el software libre y no por un software privativo que les permita si no ganar, al menos recuperar la inversión?

DRM: Tiene que ver también con una postura política. No nos pareció oportuno en ese momento tan terrible, donde de repente se paraliza toda la actividad, querer sacar rédito de esa necesidad. La otra es que nosotros no podemos usar un código abierto y empaquetarlo y venderlo porque es ilegal. Si no lo íbamos a vender, tampoco tenía sentido que nos pusiéramos a escribir un código desde 0 que sea nuestro. Esto trae su parte compleja a la hora de, como mencionabas recién, sostener el proyecto. Porque los que se sostienen solo con la buena voluntad, son proyectos que al final se terminan cayendo. No se puede sostener el trabajo de la gente sin rédito económico alguno. Nosotros tuvimos un muy buen subsidio del Ministerio de Producción argentino que nos permite hoy estar pensando en nuevas versiones de Sagora y ver de qué manera se sostiene el proyecto a futuro, porque ese subsidio también es finito. Prácticamente ya está terminado, se le pagó a mucha gente, se armó un equipo de desarrollo, uno de comunicación. Pero para poder sostener esos equipos hay que pensar una estrategia que permita un ingreso de dinero. A eso estamos apuntando. Para poder sostener un producto lo más libre y gratuito posible y que permita seguir mejorando. Hay mucho todavía para mejorar, este tema no está resuelto en ningún lugar del mundo y yo creo que nosotros tenemos mucho para dar todavía.

Además fue desarrollado por una universidad pública. Es una solución aportada por la universidad pública…

DRM: Totalmente. Esto que te decía que es una decisión política tiene que ver con eso: la universidad inserta en el territorio que siempre está pensando en de qué manera puede ayudar a este hermoso país que tenemos. No había mucho que dudar al respecto. No hay. Vamos para adelante. Después vemos de qué manera podemos sostener el proyecto, pero la primera decisión es vamos a llevar una solución. El sistema universitario en líneas generales y la Universidad de Quilmes en particular, es una universidad muy comprometida con su territorio y su país. No había otra chance que se nos pasara por la cabeza. 

Recién mencionaste que han recibido un subsidio, estamos hablando del programa “Soluciones de Reactivación de la Economía del Conocimiento”, ¿Cómo les llegó la propuesta?

DRM: Fue un proyecto que se abrió (si mal no recuerdo) en julio-agosto del año pasado. Nos insistió mucho la Secretaría de Innovación y Transferencia Tecnológica de la universidad. Nos dijeron que teníamos un producto que podía competir ahí porque la lógica de esos subsidios, que son interesantes en cuanto a la cantidad de dinero, son ANR (Aportes No Reembolsables). O sea, que el Estado invierte o apuesta a que ese producto o esa iniciativa pueda generar en la economía del conocimiento algún cambio sustancial en nuestro país. Fueron meses complejos de escribir el proyecto, no es algo sencillo, y el hecho de tener un producto más ligado a las artes que compita con productos ligados a la salud con todo lo que significa hoy en día (sobretodo imaginémonos en agosto del 2020). Estamos sumamente agradecidos con el Ministerio y con la gente que tomó la decisión. Evidentemente vieron en Sagora el potencial que les estábamos planteando y recién, por resoluciones y los tiempos necesarios de la administración pública, este año pudimos empezar a ejecutar los fondos. Estamos en pleno proceso. De hecho, nuestra idea es que hacia fines de agosto podamos sacar una nueva versión de Sagora gracias a esta inversión que hizo el Estado Nacional.

Miren qué maravilloso será este programa desarrollado por investigadores, docentes y estudiantes de la Universidad de Quilmes y la Escuela de las Artes de la Universidad que también han sido nominados para el Festival SIM de Sao Paulo en el rubro “Mejor proyecto de Innovación en Música y Tecnología”…

DRM: Fue parte de toda la locura esta de tener más de 100.000 descargas, de estar en 85 países de todo el mundo. O sea, como una vorágine y una ola hermosa de surfear. Ya habíamos estado como invitados en una feria muy importante que se hace en Colombia, también en otra en Chile muy importante. La Feria SIM de Sao Paulo es la más importante de Latinoamérica y nuclea al mercado de las industrias culturales de la música y el sonido. Por intermedio de una persona conocida, nos comunicaron que habíamos sido nominados para esa categoría. Tuvimos que hacer un video comentando el proyecto, etc. Lamentablemente no ganamos, pero ya con el hecho de haber sido nominados estamos muy contentos. 

 

 

Aparte es un proyecto que no llega a los 5 años, tienen más de 100.000 descargas y con presencia en muchos países del mundo…

DRM: Lo dimos a conocer el 29 de mayo del 2020, o sea que llevamos un año y monedas con este producto rodando. Además de las cifras que son lindas, cuando pasamos las 100.000 fue un hito para todos los que estamos involucrados en esto, de repente volver a revisar los números y ver que estás presente en los 5 continentes, en países que jamás pensé en mi vida que podrían llegar a saber de la Universidad de Quilmes o tener un producto nuestro. El dato que a mí me llamó mucho la atención y que me pone más contento todavía es que desde el 29 de mayo hasta el día de hoy jamás se dejó de descargar. Siempre hubo descargas del software. Siempre hay alguien al que le llega la noticia de Sagora y está intentando probarlo. Eso habla bien del producto, pero también nos da esa energía necesaria para seguir adelante. Asique todavía tenemos más para ofrecer.

Aparte, ofrece una solución, porque el que más siente el parate de la pandemia es el músico al no poder tocar. Vos contabas que gracias al proyecto, pudieron hacer un festival y una banda pudo tocar y cobrar por su show. Es decir, pudieron volver a trabajar en su actividad, lo cual es una solución que en tiempos como éste vale oro…

DRM: Eso fue uno de los preceptos que nos propusimos al comienzo. Bueno, ya que está todo paralizado, a ver de qué manera podemos hacer que aunque sea podamos dar una clase de manera privada. Nosotros sabemos y somos conscientes de que en nuestro país la mayoría de los músicos y músicas no viven de sus regalías y sus conciertos. La mayoría muchas veces vive de la docencia, de dar clases particulares de su instrumento. Entonces, ¿por qué no dar clases particulares por Sagora? Tenés un software que te permite tener una muy buena calidad de sonido, escuchar prácticamente sin latencia y podés tocar con tu estudiante, podés leer una partitura y hacer un dúo, etc, y seguir cobrando esos honorarios que hacen muy bien para poder subsistir. El rubro de la música es un rubro de mucha inversión. Todos los que hemos estado en la música sabemos que las clases son caras. La verdad que estudiar música para convertirse en un músico profesional es un camino de muchísima inversión que a veces no tiene un rédito igual a eso y vamos haciendo lo que se puede básicamente. Confío un poco más en que pueda ser una herramienta de uso más cotidiano: clases de música, de idiomas… Todas estas cuestiones donde el sonido tenga algo en particular. Inclusive muchos programas de radio nos han pedido si podían hacer streaming con Sagora. Ya se puede hacer, estamos viendo la chance de que sea mucho más sencillo. Hay que saber un poquito del manejo de tecnología, pero vamos a ver si a futuro podemos poner un botón para stremear directamente.

 

 

Está bueno esto de la parte educativa, en tu caso, ¿cómo fue el antes y el después de utilizar Sagora?

DRM: Yo me quedo con el sabor agridulce de que había estudiantes que tenían que compartir internet con muchos de su familia en su casa por ahí también teniendo clases o haciendo otras actividades. Entonces, ahí el software no puede funcionar al 100%. Pero los días que pudimos hacer clases por Sagora, la verdad que fueron una felicidad, un espectáculo. Fue muy emocionante y este cuatrimestre volví a dar la asignatura y de vuelta no pude hacerlo con todos los estudiantes. Pero con aquellos que sí pudimos hacerlo fue impresionante, porque la experiencia era como estar tocando en un aula a oscuras. Si bien teníamos abierto Zoom para vernos, usábamos Sagora para escucharnos en dispositivos diferentes el que lo tiene y sino, desde el mismo, porque ocupa muy pocos recursos de la computadora para poder funcionar. Yo estaba acá con mis teclados y era cerrar los ojos y parecía que estábamos todos en un mismo lugar. Y los estudiantes que todavía no habían probado esa experiencia se fueron fascinados con eso.

Lamentablemente no todos tienen acceso a la tecnología, no cuentan con una buena conexión a Internet o sólo disponen de un celular. ¿Qué opinión te merece eso?

DRM: Me parece la reafirmación de la desigualdad en la cual está sumida toda Latinoamérica, no solamente nuestro país. Desigualdad que ya sabemos que viene desde hace muchísimos años, que tiene que ver con decisiones políticas de países que son más centrales y que tienen operadores políticos en estas latitudes. Y a la hora de enfrentarnos en el día a día para intentar hacer algo, nos vemos con esas carencias. Además, en un territorio como el argentino que es muy grande geográficamente, ya sólo la conexión a Internet no es la misma en las ciudades más grandes y centrales que en el resto del país. Y eso que se ha hecho una gran inversión en algunos años (en otros se ha desinvertido directamente). Estoy hablando de ArSat, de redes que se han tendido sobre todo y por ejemplo en las universidades. Pero así y todo, sabemos que la red doméstica que tenemos en nuestras casas está colapsada, no hay inversión. Además el acceso a la tecnología en sí mismo: los equipos son caros. Las compañías que importan determinada tecnología y luego los equipos terminan costando 3 veces más de lo que cuestan afuera. Todo eso hace un combo realmente explosivo para nosotros, porque ha frustrado a mucha gente que quería usar esto. Y sin embargo, vos vas a los países centrales, sobre todo del hemisferio Norte, y la conexión a Internet es otra, las conexiones de los celulares son otras, el acceso a la tecnología y dispositivos nuevos de última generación es otro. Ahí hay mucho para replantearnos como sociedad porque estamos queriendo tener un producto competitivo a nivel mundial pero no tenemos el entramado necesario para que funcione al 100%. Así y todo, nosotros hemos logrado que Sagora funcione en las netbooks de Conectar Igualdad, que son computadoras que tienen requerimientos mínimos, se pueden hacer muchas cosas, pero son del segmento económico del mercado. Nosotros tuvimos en cuenta eso y queremos seguir teniéndolo en cuenta porque sino hay decisiones del código del programa que vos podés tomar y decir “hagamos algo donde funcione mejor la latencia”, pero sabemos que dejamos a fuera a millones de personas en toda Latinoamérica. Entonces estamos intentando promediar entre si se usa en el primer mundo que funciona perfecto y si se usa en nuestras latitudes y que tengan la mejor experiencia posible así y todo lo usen con wifi, notebooks muy básicas o compartiendo Internet con la familia. Y si es profesional de la música, que pueda encontrar en Sagora una herramienta para que pueda reactivar esto.

¿Están pensando también en una versión para celulares? 

DRM: Sí, exactamente. Creo que muy pronto vamos a tener novedades al respecto. Estamos trabajando duro con eso. No es fácil, porque si es con wi fi siempre va a haber la problemática del wifi y si es con 4g, tenés que tener los datos necesarios para eso y depende en qué zona del país estés, funciona mejor o peor. Pero al menos todas estas personas que habían quedado afuera de esta primera versión de Sagora porque era solamente para computadoras de escritorio, al menos puedan tener alguna experiencia. Después veremos de acuerdo a dónde esté, qué dispositivo móvil tiene y con quién se conecta si es mejor o peor. Pero que lo va a poder usar, lo va a poder usar y ahí iremos mejorando también esa experiencia.

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