Marina Casas acaba de lanzar “Cicatriz activa”, su segundo disco. Charlamos con Marina sobre su nuevo álbum y cómo combina las diferentes facetas de su carrera artística.
- Reportaje y texto: Julián Retamozo
- Fotografía: Lucía Vite
Cantante, bailarina, escritora, directora/coreógrafa en teatro y psicóloga argentina, Marina Casas presenta en sociedad “Cicatriz Activa”, su segundo álbum de estudio. Tal como sus proyectos musicales anteriores, este flamante álbum se caracteriza y destaca por sus letras disruptivas en las cuales despliega temas profundos y a la vez envueltos en su sarcasmo y humor. Está conformado por diez canciones sobre el amor, el desamor, el cuerpo, la salud mental, la neurosis, la soledad y el dolor.
Dialogamos con Marina sobre este disco y su multifacética carrera artística.
¿Cómo surge “Cicatriz activa”?
MC: Iba teniendo canciones y venía hace un año o un poco más con la idea de hacer otro disco. Después, al ver las canciones que iban a formar parte, las fui ordenando en mi cabeza o también pensando el título que podía tener este “Cicatriz activa”. Incluso tenía el título del disco mucho antes de tener mucho más avanzados los temas. De hecho, a último momento surgió una de las canciones que se llama “Cicatriz activa”, pero fue como al revés el proceso. Dije “Me faltaba el nombre… puede tener el nombre del disco”. El título engloba bien todo lo que tratan las canciones: la introspección, conectarse con el propio dolor y como sentirlo intensamente. Va un poco por ese lado. Y esto de las cicatriz que queda activa generando distintas cosas.
Este disco contiene en cinco de sus canciones al tap como un instrumento más, siendo este elemento de danza/música su característica más particular en su música invitando al oyente a escuchar como instrumento percusivo a un elemento comúnmente asociado a lo visual en la danza y a otros géneros musicales. En este proyecto se fusiona el tap con el estilo pop del disco en cual, a diferencia de canciones anteriores, hay una nueva experimentación hacia el pop rock, el synth, electro e indie y alternativo.
También la diversa sonoridad que tiene el disco: a lo largo de las canciones vas navegando en distintos géneros para transmitir el mensaje general del disco. Hay un elemento que me llamó la atención y quedó muy bueno como quedó que es el tap. ¿Cómo fue la decisión a la hora de incorporar el Tap al disco?
MC: En realidad es como una decisión previa porque cuando empecé mi proyecto musical hace 5 años en mi primer disco también hice lo mismo. La sonoridad de las canciones por ahí era un poco diferente, pero el Tap también estaba porque yo arranqué en la música como bailarina. Fue como lo primero en lo que me formé antes de abrirme más a cantar o a la escritura en un montón de su formas. Entonces era una forma de englobar en un solo proyecto bastante de las cosas que yo hago. También es darle al Tap un lugar de instrumento que bueno tal vez se pierde un poco a veces ese concepto. Entender que es un instrumento de percusión y que puede ir con cualquier género obviamente bien pensado no siempre puede ser fácil, pero es como apropiarme de algo y usarlo en mi estilo y a mi manera. Igual lo incluyo a último momento cuando ya tenemos las canciones bastante avanzadas. Ahí decido en qué canciones va a ir el Tap. La idea es que la gente pueda escuchar el tap y que tal vez alguien que ni sabe lo que es el tap lo escuche como algo más que está ahí, En este disco son 10 canciones y el Tap está en 5. Fue elegir bien a conciencia, no incluirlo por incluirlo. Siempre las canciones que son un poco como más movidas, más arriba, tiene tal vez más sentido incluirlo, pero también me gusta mucho utilizarlo como un tinte más dramático también en temas que capaz no se espera que suene.
En 2020, Marina Casas salió su primer disco «Semblantes» en el que predomina este elemento como también letras poco comunes sobre diversas temáticas de interés de la cantautora. Entre 2021 y 2022 lanzó un EP «Monstruos» con canciones nuevas más melódicas y en el contexto de pandemia, a comienzo de 2021, realizó «No me da lo mismo» en formato banda, un Live Session con algunas canciones donde predomina además de lo musical, una estética audiovisual muy propia también poniendo hincapié en la palabra y el ritmo.
¿Qué evolución notas en relación a tu primer producción?
MC: La primera experiencia fue más lanzada. Fue un momento de tomar conciencia y decir “Quiero hacer mis canciones, las quiero grabar”. Yo en general en el arte soy muy intuitiva y lo que compongo o escribo obviamente lo corrijo, pero soy muy segura de lo que hago. Cuando uno hace algo por segunda vez es como que estás más en los detalles. Es decir, voy a pensar un poco más esto al momento de componer, tanto la música como la letra. Uno se exige más, porque ya no es tan natural como en el primer proceso que un poco sale como sale. Incluso al momento de grabar las voces trato de ser más consciente de algunas cosas: cómo se escucha lo que estoy cantando, qué transmite, no sé, un montón de detalles. Si bien toda la parte musical y los arreglos los hizo el productor, yo soy muy de estar ahí presente hasta no llegar a lo que realmente quiero. Esto que vos decías antes de los géneros, a mí siempre me preguntaban y me cuesta decir “Bueno, no sé qué género es”. Obviamente es más fácil englobar y decir “es un pop” y dentro de eso se va jugando con distintas cosas, pero con esta particularidad del tap ya lo hace algo bastante original. También pienso que las letras van por un lugar diferente, van más a lo profundo. También puedo hablar de amor, pero no creo yo de la forma usual, sino yendo un poco más allá en lo poético. También escribo poesía, entonces es darle realmente una impronta muy personal a las canciones.
Este disco viene con un videoclip. Estamos de “El chicle del zapato”, ¿cómo surgió la idea del videoclip, y cómo fue la filmación?
MC: Yo pensaba hacer un vídeo de una de las canciones y “El chicle del zapato” fue una de las primeras canciones que surgieron del disco y que a mí me gustaba muchísimo. Si bien tal vez no era el tema más arriba del disco, tenía más que ver con ese cariño personal al tema y también sentía que el tema estaba bueno. Al momento de hacer el videoclip sí fue desafiante, pero tampoco fue tan pensado. Siempre que hago vídeos trabajo con la productora Somos Pánico, entonces ya tengo bastante entendimiento. Creo que en el video se ve un poco esto. Yo quería que hubiera algo del orden de la danza, porque también me define bastante y después me terminó haciendo ruido y fue más como decir “Bueno, voy a cantar el tema como en cualquier videoclip y también meterle alguna impronta de la danza desde algo más improvisado”. Es como transmitir algo de la emocionalidad de la canción. Fue bastante improvisado. Por cómo soy yo que que suelo tener todo muy organizado, también tuvo esta parte improvisada. Quedó muy bueno a nivel visual y muestra esto de llegar a un lugar propio como una casa que también es como ingresar a algo más propio, a los sentimientos de uno, a su oscuridad. Estar ahí con eso, convivir con eso creo que es una de las interpretaciones que puede tener el video.
A lo largo de su diversa y rica trayectoria artística, Casas supo ganar el premio Mejor Guión Conexión en el Oaxaca Filmfest de 2017 por su largometraje “Del ruido al ritmo”. Además escribió, dirigió y produjo las obras de danza teatro “Sujeto/a” (2018) y “Trenza” (2019) y escribió y produjo la obra de texto “Formas de hospitalidad” (2023). Es miembro fundadora de la Asociación Argentina de Tap (2018). Como poeta, publicó “Los animales no saben contar” (Rangún, 2021) y “Me niego a escribir un poema sobre vos” (Halley Ediciones, 2022). “Aprieta muñecas” (2023) es un poemario en formato audiovisual que se puede ver en su canal de Youtube. Su nuevo poemario es “Experimento no planeado” (Enero editorial, 2024).
De las diversas facetas artísticas que tenés (la danza, la música, la escritura), ¿cómo conviven esas diferentes ramas del arte en vos?
MC: Siento que es todo parte de lo mismo. A lo largo de mi vida fui haciendo distintas cosas. Hoy en día me defino como una artista independiente que hace varios años empezó a plasmar sus propias creaciones, a hacer proyectos propios. Sea obras de teatro, libros o música y entender que tengo esa necesidad de expresar mis cosas en distintos proyectos. Tengo épocas. Vengo de unos años de mucha producción y paralelamente estar escribiendo varios libros, obras, música… A veces cuesta porque yo misma digo “Bueno, vamos a frenar un poco”. Este año saqué el disco y también este poemario que es mi tercer poemario. Vengo de lanzar algún proyecto todos los años. Entonces es difícil en ese sentido porque no hay tiempo para todo. A veces uno tiene ganas de hacer un montón de cosas y bueno, voy eligiendo porque obviamente es imposible. Mi foco ahora son dos cosas: mi proyecto musical (espero a partir del año que viene poder mostrar este nuevo disco en vivo) y también esto de mi camino como escritora. Tengo también otros proyectos como novelas escritas, un montón de cosas que por ahí todavía no las puedo sacar a la luz. Siempre están las ganas de seguir produciendo cosas nuevas.
¿Qué es lo próximo que se viene?
MC: Empezar a mostrar esto en vivo. Yo tenía el objetivo de llegar este año a lanzar el disco y como es muy fin de año también quiero darme ese espacio. A ver cómo se va a plasmar este disco en vivo porque tiene algo más electrónico a nivel sonido. Entonces ver de qué manera plasmarlo, con qué músicos, con qué instrumentos… Digamos, poder darle un tiempo a ese armado para mostrarlo en vivo.
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