El dúo referente del folklore joven presentó “Bipolar” ante un Teatro Ópera repleto y con un show que tuvo de todo: bailarines, shows de malambo e invitados estelares.

  • Texto: Julián Retamozo

Son las 20:30 de la noche del sábado. Diciembre y Buenos Aires sorprendentemente nos reciben con una baja temperatura que hace habitable la ciudad. Lo que no sorprende es la larga cola afuera del Teatro Ópera. Tanto para entrar, acreditarse o sacar entradas (en el caso de las adquiridas de forma virtual). Adentro no cabe un alma: parejas jóvenes, familias y generaciones enteras completan el paisaje de cara al escenario.

21 hs. Con el telón prolijamente cerrado, sale Mora M a la cancha. Con 18 años, se pone al hombro la tarea de telonear a los protagonistas de la velada. Con una voz potente y afinada, logra ganarse el público a fuerza de zambas y chacareras. Misión cumplida Mora.

Se abre el imponente telón y deja ver una gran puesta en escena con cubos superpuestos donde se aloja cada uno de los músicos de la banda. En los cubos vacíos, hay réplicas de un camarín, una habitación y un vestuario. En el centro, la tela se rompe y salen al escenario Sergio Prada y Agustín Fantili. Campedrinos is in the house para presentar “Bipolar”, su último disco.

Abren el show con “Casi algo”, la chacarera que se hizo viral seguida por “Domingo a la tarde” y, durante 2 horas y media, el dúo dará muestras de por qué es uno de los grandes exponentes de la nueva generación del folklore. Zambas, chacareras, gatos y chamamé dominan el escenario porteño.

Párrafo aparte para la versiones de “Eterno Amor” y particularmente de “Te quiero” de José Luis Perales a la manera de Campedrinos y con el feed back del público que irá in crescendo a lo largo del show. En cuanto a los invitados, Nahuel Pennisi dijo presente para cantar un set de zambas prácticamente a capella que hizo bailar a más de uno de los presentes.

Como si fuera un show dentro del show, un ballet de bailarines acompañó las canciones de los chicos para dar paso a un gran set de bombo y malambo trayendo el folklore a la calle Corrientes en su máxima expresión.

También hubo tiempo para las baladas “Pasión prohibida” y “Pasión a cualquier precio” (sendas cortinas de telenovelas de Telefé) para dar lugar a una guitarreada “a la carta”.

Sobre el final, el piberío copó la escena para acompañar a Campedrinos: Mora M en primer lugar y luego Milo J, que se llevó todas las miradas y aplausos del recinto. Junto a Milo dieron vida a “La Taleñita”, esa chacarera que hizo que miles de jóvenes conocieran el folklore por primera vez. Y si de jóvenes hablamos, Radamel ST con sus 13 años también dijo presente para ponerle guitarra y voz a “Guitarrero enamorado”. El Folklore está vivo y más que nunca.

Sobre el final, Natalie Pérez fue la última invitada de la noche para ponerle voz al single más reciente de la banda “Qué hubiera pasado” (con coreo incluida y coreada por el público). En los pasillos que daban acceso a las butacas del teatro, la fiesta era total con gente bailando y cantando todo el repertorio de la banda.

Tras los bises y los papelitos, el final no podría haber sido mejor: “Km 11”, el “himno nacional de Corrientes” selló una noche que nos demostró que el folklore está más vivo que nunca.

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