El pasado viernes, Iván Noble y compañía se subieron al escenario de un Movistar Arena repleto para presentar su último disco, en lo que fue una fiesta con canciones que ya forman parte del inconsciente colectivo.

  • Texto: Julián Retamozo

Son las 19 hs y, en pleno feriado, Villa Crespo va recibiendo cientos de almas que llegan a Humboldt y Avenida Corrientes. Afuera, los vendedores de remeras y viseras anuncian lo que vinimos a ver. Adentro están quienes quieren volver a revivir una parte de su historia junto a quienes van a experimentarlo por primera vez.

Y es que en este colosal estadio hijo del siglo XXI pasadas las 21 hs sube al escenario yuna de las míticas bandas de fines del siglo XX. Clásicos y modernos en una puesta en escena grandilocuente, Caballeros de la Quema vuelve a la ciudad de Buenos Aires. ¿La excusa? Presentar “Fiesta de Zombies”, primer disco de estudio de la banda tras 25 años (“Cometimos la imprudencia de grabar un disco nuevo” dirá Noble instantes después).

Campo y platea repletos. Se apagan las luces y se enciende la cuenta regresiva. Martín Méndez y Pablo Guerra asoman sus guitarras para dar inicio al show con “Todos atrás y Dios de 9” y un Noble que corre hasta la pasarela para ponerse en contacto con el público. La faena sigue bien arriba con “Pejerrey”. “Patri” nos recuerda que, 30 o 20 años después, algunas cosas nunca cambiarán.

La banda es una aplanadora. Iván Noble recorre el escenario de punta a punta y arenga al público con el argot propio del Oeste. El Nene Cavo y Pato Castillo llevan los cimientos sonoros de la banda donde Méndez y Guerra (en un perfecto ying-yang de sobriedad e histrionismo) se lucen con sus guitarras con una sección de vientos y teclas que completan el team que suena afiatadísimo.

La fiesta es arriba y abajo del escenario, con un público cómplice de sus músicos. Llega el turno de “Otro jueves cobarde” y el Movistar Arena se llena de luces de celulares. Las canciones inoxidables llegan al alma y se cantan con el corazón en la mano.

Junto con los clásicos, también es el turno de los estrenos. “Fiesta de Zombies” dice presente con “Alma de mocasín”, “Otro día en la oficina” y la canción homónima que da nombre al disco.

La noche se enciende y toma calor con “Rómulo y Remo” y la siempre actual -por desgracia- “Rajá Rata” desatando al público entre globos y cintas.

Para el final, el tándem “Sapo de otro pozo”, “Fulanos de nadie” fue la antesala perfecta para los bises, donde todo el Movistar cantó “Oxidado” y, quizás, el mayor éxito de la banda: “Avanti Morocha” dándole cierre a la noche donde, parafraseando a un usuario de instagram, todos “volvimos a tener 19”.

Y es que lo de Caballeros no sólo fue una oda a la nostalgia. Fue una demostración cabal que 20 años no son nada y el fuego interior permanece inconmovible en una banda que sigue apostando al Quijote aunque ande rengo, brindando por tipos sin antifaz y abrazando la rabia de los vencidos que cruzan sin mapas la oscuridad hasta estallar.