El músico y compositor uruguayo presenta su tercer disco. Hablamos con él sobre este proyecto que va más allá de lo musical.

  • Reportaje y texto: Julián Retamozo

Cacciatore lanza “El sueño despierta”. Este nuevo álbum representa una evolución musical en el recorrido artístico del compositor. Un proyecto en el que se funden lo sonoro y lo visual. En la poesía visual que Cacciatore acompaña en cada canción a través de la ilustración, la fotografía, el videoarte y la performance en vivo, explora y construye un lenguaje propio, íntimo y a la vez expansivo, que trasciende la música y lo define como un proyecto artístico multifacético. 

Dialogamos con el autor sobre este nuevo disco que representa un nuevo paso hacia adelante en su carrera.

Es el tercer disco de tu carrera, ¿en qué etapa te agarra de tu carrera como artista este nuevo disco?

C: Creo que en una etapa más madura. Hay un salto bastante grande del anterior y el primero. El primero fue con esta frescura inicial, el segundo fue como de transición y en este realmente siento que encontró el sonido que yo estaba buscando. Llevó más tiempo también el trabajo de llegar a lo que buscábamos cuando no estábamos seguros. Probamos también elementos nuevos como la batería o el bajo eléctrico. Guitarras, vientos… o sea, como muy rico de diferentes elementos. Entonces, hay un cambio bastante sustancial para mí desde la composición hasta la parte de producción. 

¿Cómo surgió el concepto del disco?

C: En realidad, el tema que le dio el nombre del disco es el interludio del medio que se llama “El sueño” (anteriormente se llamaba “El sueño despierta”). Era un poco distinto, tenía otras vocales y eso fue cuando terminé el otro disco hace mucho. Planté esa semilla, quedó ahí por un tiempo. En el 2020 con la pandemia y todo eso nació Lazos que fue el simple que saqué. Es fundacional en el sonido, es como “el abuelito”. Por eso es el último, la raíz del disco y es fundacional, ese sonido: un poco de pop, capas armónicas de ese paisaje. No se termina de entender de todo bien que hay, pero hay melodías, una especie de cosa y la voz que va liderando. A través de eso fueron surgiendo otros temas, pero la verdad es que tampoco fue un proceso que fue “este es así y vamos a hacer otros». Fueron naciendo en diferentes momentos, porque yo soy de componer mucho. En el momento de seleccionar creo que fueron los que tenían más cohesión o que fueran distintos entre sí, porque también lo son, pero había algo que igual los unía entre ellos  y de hecho creo que eso es lo que está bueno. Viste que la música no es tan racional: uno va medio a ciegas viendo y diciendo “Ah, esto sí, esto acá también me gusta”. Y ahí de repente entras en un camino.

En el proceso de composición y producción hubo un trabajo de búsqueda de nuevos territorios sonoros: la incorporación de instrumentación orgánica como batería, bajo, saxo y trombón, en conjunto a la guitarra eléctrica y acústica, se mezclan con el sonido eléctronico de las bases programadas y los sintetizadores, y devienen en un híbrido que plantea por un lado distintas facetas y singularidad en cada canción, y a la vez un todo con sentido músical y conceptual.

Y ahí recién empiezas a encontrarle la vuelta, son como mapa sonoros diversos, pero que por alguna razón cuajan. ¿Cómo fue el proceso de composición sonoro de los temas teniendo en cuenta que también incorporás una batería, un bajo, vientos?

C: Y creo por un lado que fueron distintos momentos. Por ejemplo, hubo un momento que estaba escuchando más música uruguaya, más Jaime Ross. Todo eso influencia “Gibraltar”, que es un tema un poco más electrónico pero también había como una unión genealógica de la historia Gibraltar. Habla un poco del Estrecho de Gibraltar, de los inmigrantes que vinieron de ahí. Después se une con “Lazos” que habla muy de la familia… O sea, empiezan a haber cosas que se empiezan a unir. Pero no fue una búsqueda. Cuando se fue armando y decidimos los temas, quizás los llevamos a cierto lugar. Por ejemplo, dijimos “Estos dos van con bata acústica, en estos dos vamos a grabar vientos, en estos guitarras, bajo, sintes y voces” para generar un paisaje que nos gustó mucho. Pero también otros temas eran otra cosa. También había que respetar sus viajes, o sea, si va a entrar en el barco vamos a ver cómo lo llevamos. 

“El sueño despierta” fue grabado y producido por Nicolás Demczylo y Cacciatore entre 2020 y 2023 en los estudios Los Aliados y Monte Nogal.

En este disco trabajaste con Nicolás Demczylo en la producción, ¿cómo fue trabajar con Nico?

C: Con Nico somos amigos desde que tenemos 17 años. Teníamos una banda hardcore antes, estamos además en un proyecto un poco más experimental en el que estamos componiendo también. Tenemos una buena conexión, un buen diálogo. Nuestros gustos son comunes, entonces va fluyendo. Hay cosas que quizá no estamos tan de acuerdo y yo al ser mi proyecto capaz tomaba la última palabra en algunas cosas. Pero yo lo escuchaba mucho y me ayudó a direccionar muchas cosas. Fue un placer y es un placer trabajar con Nico porque tenemos tremenda forma de trabajar, muy fluida, desde hace muchos años. 

Tu proyecto no solamente se queda en lo musical, porque uno al ver los videos termina de completar ese paisaje, ese viaje del cual veníamos hablando. ¿Cómo consideras esa parte audiovisual?

C: Bueno, en este disco es muy importante. Me encanta el cine y lo tenía pendiente. Siempre tuve muchas ideas de videoclips y en este disco realmente me animé a tirarme al audiovisual como lo pensaba. La verdad es que estoy súper contento porque el video de “Contraviento” fue una aventura, pero también un logro increíble para el equipo. Este disco lo planteé más cinematográfico. La etapa de los simples son fotos que pueden ser de pelis diferentes: nogales en “Monte Nogal”, “Contraviento” en una duna con paracaídas, “Gibraltar” en el mar llegando por el estrecho… Hay diferentes lugares, quizá personajes y todos van a ocupar algo en común. Son distintos pero por ejemplo tenían en común que son como muy fotográficos: tienen cierta luz, cierta armonía. Se unen en muchos aspectos y en este disco sí es muy importante la parte audiovisual. Para mí fue como el salto. Lo aproveché y no quiero parar de hacer videos. De hecho, ya tengo ideas para al menos unas dos canciones más.

El videoclip de «Contraviento», ambientado en un desierto onírico, plantea una dinámica de sueño en su ritmo narrativo y poesía visual. La historia se mueve por las dunas con un viento en contra y un gran peso que llevar, hasta encontrarse con la liviandad, la intuición y la libertad. Dirigido por Vicky Torres y producido por Cacciatore, fue filmado en dos días de diciembre de 2022 en Valizas, Rocha, con un pequeño equipo de rodaje atravesando el agua y el viento con arena.

Recién mencionamos el video de “Contraviento”, ¿cómo fue la filmación de ese video?

C:  Una aventura. Lo hicimos en Balizas y el desafío era por un lado lograr que no se viera el mar, que no se vieran los ranchitos y dar la apariencia de ese desierto en alguna parte del universo. El paracaídas fue un gran desafío, tuvo que venir la Fuerza Aérea a asistirme. Tuvimos que cambiar de día por el viento… Una odisea, pero bien. Tuvo muchos contravientos toda la pre del video, o sea, pasaron muchas cosas. Cuando iniciamos, hicimos varias tomas porque yo salí medio volando, la cosa no levantaba y en un momento al mediodía había un viento… Fue una aventura increíble. Siempre digo que que el video es la obra resultante de una experiencia mayor o tan rica como lo que queda. En definitiva para mí el arte es eso, la música es como vivir eso, no es que lo hago solo para que después sea algo. Yo creo que en algún momento esa conexión tiene que estar y es la parte más viva de cuando uno crea. 

El disco se funda en el sentido onírico de la realidad y la fotografía es el manifiesto visual del disco: cada portada y videoclip cuenta una historia de una forma cinematográfica. Cuatro de los once temas fueron los singles adelanto del disco: «Lazos», acompañado de un videoclip en formato poético documental, como un álbum de la memoria; «Gibraltar» cuya letra hace referencia los europeos que cruzaron el estrecho de Gibraltar a principios del siglo XX, aventurándose a una nueva y próspera vida; «Monte Nogal» es una canción synth pop fresca, con cierta ambientación nostálgica, y por último «Contraviento», que podría definirse como un tema pop progresivo, ya que no tiene la estructura convencional de una canción pop.

Lo musical se complementa también con lo visual.

C: Sí, sí, tal cual. La historia de “Gibraltar” no sería lo mismo sin esa foto de mi bisabuelo cuando vino acá como inmigrante, “Monte Nogal” tampoco sería lo mismo si no estuviera con esas nueces, quién sabe qué otro camino podría haber sido válido. Estoy conforme con el arte porque creo que era por ese lado y siento que este disco es así. O sea, pueden haber complemento de ilustración y otras cosas, porque siempre me vienen ideas. El próximo vídeo lo tengo pensado con esta cosa onírica, cinematográfica y fotográfica.

Luego de este disco, ¿qué es lo próximo?

C: La presentación. Estamos ensayando con las batas y este nuevo formato. Los primeros ensayos con la bata fue un poco como abrumante porque no estoy acostumbrado, entonces empezamos a encontrar el sonido. Estamos ensayando eso, porque hay muchas cosas tiradas por pistas, hay una chica que toca el teclado, un guitarrista, un baterista… Estoy viendo si bajista si o no, porque hay temas en los que puedo tocar la parte del bajo desde un teclado. Estoy viendo cómo llevarlo al vivo y después no sé. Había pensado hacer un disco de versiones, personas que versionen los temas en remix, no sé. Pero bueno, paso a paso, porque yo me entusiasmo y ya quiero hacer un disco nuevo (risas).

Más info en: