Norberto Alfaro lanzó «La Mayor Protesta Es El Amor. Diálogos sobre Fun People y el jarcor punk», libro donde habla sobre el legado de la banda no solamente desde lo musical sino desde lo ideológico y el activismo social. 

  • Reportaje y texto: Julián Retamozo

Norberto Alfaro es locutor y periodista; y desde los 17 años participa en distintos espacios radiales. Actualmente conduce “Enemigos de la siesta” en Radio FMQ 93.5 y “2 Mil Hombre Digital” en Trilce Radio, es redactor en el diario online Cuatro Medios y colabora en la revista digital En Lo Profundo.

En «La Mayor Protesta Es El Amor. Diálogos sobre Fun People y el jarcor punk», Alfaro reúne más de 30 testimonios del círculo de la banda, pasando por colegas, activistas, parte del público; y material de archivo. El libro vincula la experiencia de la banda con los colectivos políticos de los ´90, la autogestión como modo de trabajo, el acercamiento y la difusión de contenidos contraculturales; y el legado ideológico en generaciones posteriores.

¿Cómo surgió la idea del libro?

NA: Siempre pensé que Fun People había dado algo más que sólo canciones, porque donde ellos tocaban siempre se difundía información política y contracultural. Eso venía de la vinculación con colectivos políticos que ellos tenían en aquella época, que quizás eran diferentes a la política tradicional. Creo que, al ser una banda convocante dentro del underground, esos contenidos llegaron a más gente (que en ese momento era adolescente). Vos tenías información extramusical que en ese momento no la recibías en la escuela ni en otro ámbito cultural a nivel oficial. Eso que generó la banda me pareció súper importante, más allá de las canciones y de las letras que también vienen por ahí. Me parece que en los últimos años hubo una reconstrucción del punk y del hardcore local y eso me impulsó a hacer algo referido a la experiencia de Fun People.

¿Cómo fue todo el trabajo de investigación?

NA: Primero cabe aclarar que fui público. Esto de ir a buscar a los entrevistados tiene que ver con una experiencia mía y con esto de que para mí la banda me generaba mucho más que música. El trabajo fue buscar a las personas que yo consideraba que debían estar en el libro. Son allegados al grupo, que han trabajado con ellos. Por ejemplo, Gerardo Decadencia (que en algún momento fue como el “anti-manager”), Emi Ron que después fue fotógrafo y manager. El primer manager de Fun People, Ernesto Acuña, también está. Busqué a la gente que estaba muy cercana a ellos y después gente que ha compartido encuentros, recitales, marchas… Por ejemplo, está Diego Casas, que fue activista de ADN y fotógrafo. En un momento empecé a pensar en la cantidad y después me di cuenta que tenía que ir más por la calidad de los testimonios que iba a encontrar. Quizás me hubiese gustado que haya más mujeres por esta apertura que había, pero eran pocas las que tenían visibilidad. Los mismos entrevistados me decían “tenés que hablar con este, con la otra…” Hubo gente que en lugar de la entrevista me mandó su texto con su punto de vista sobre esa experiencia. Fue hecho con paciencia. No me desesperé con fechas límite. Lo arranqué en 2016 con los tiempos que me quedaban libres y lo terminé en diciembre del año pasado.

Aparte, ciertas temáticas que abordaba Fun People están a la orden del día en la agenda del 2022, pero 20 años atrás no era muy común…

NA: Las temáticas de Fun People estaban dentro de la cultura punk underground, el tema es que al masificarse, toda esa información dejó de ser de nicho y pasó a tener mayor protagonismo en pibes como yo que viajaban de zona sur a capital, pibes de zona norte o del Interior. La banda, al tocar en tantas provincias, logró que esa información que giraba acá en Buenos Aires, también fuera al Interior. Imaginate un pibe del Interior que reciba información de Amnesty o del colectivo de Mujeres Argentinas, material sobre el aborto, liberación animal, vegetarianismo, etc…Fue muy fuerte. Y estos temas que hoy están en agenda, cuando surgió el movimiento feminista, el Ni Una Menos y las marchas para que se termine legalizando el aborto, me terminaron inyectando más pilas para hacer el libro. Porque esos temas que veíamos en recitales punks se terminaron discutiendo en el Congreso.

Los recitales de Fun People eran, además de espacios de música, lugares donde uno podía disfrutar de una libertad plena…

NA: Sí,porque justamente desde las letras se buscaba el mayor grado de libertad posible. Nekro desde arriba del escenario proponía cuestionar ciertas cosas dentro de las relaciones sociales. Esto de darle el mismo lugar a la mujer que al hombre dentro de un recital no era común dentro del ambiente del rock. Eso hizo que en los shows de Fun People haya muchas chicas y mucha diversidad sexual. Vos podías ver a chicos y chicas besándose. Quizás eso no se daba en otros espacios por la discriminación que había. Me era muy difícil ver peleas porque justamente Fun People desde arriba del escenario cuestionaba al público. No era un mero entretenimiento. Era ir, disfrutar de las canciones, pero también relacionarte con gente nueva y llenarte de información.

La banda interpelaba a su público incluso al rotularse como “hardcore gay antifascista”…

NA: Eso nació porque en los recitales caían los boneheads (los skinheads nazis), quienes buscaban roña y les gustaba pelear. Cuando Fun People explotó en cuanto a cantidad de público, ellos también estaban ahí y la mejor manera que encontró la banda para que estos tipos se vayan es decir “nos declaramos una banda hardcore gay antifascista”. Entonces, de a poco esa gente se fue limpiando del público. Y al que no era facho, también lo interpelaba, porque pensaba “voy a ver a una banda harcore gay antifascista, no soy gay, pero tengo que convivir” Es decir, ¿por qué no voy a convivir con alguien que tiene una orientación sexual diferente a la mía?. Eso fue una manera también de buscar la horizontalidad y la diversidad en el público.

Aparte en una época donde la Policía Bonaerense mantenía un control férreo sobre los shows de rock.

NA: Hasta 1996 todavía regían los edictos en la Provincia de Buenos Aires. Te podían llevar preso por estar en una esquina tomando una cerveza o por tener una cresta o un alfiler de gancho… porque eras “raro”. Y en los recitales de Fun People había mucha gente “rara”. Te detenían por horas para averiguación de antecedentes. Era así. 

¿Tuviste alguna devolución por parte de alguno de los integrantes de la banda?

NA: Cuando arranqué con este trabajo, a los pocos meses, me puse en contacto con todos a través de distintas maneras. De hecho, Gato y Chuli estaban en Europa en ese momento, asique fue todo por Facebook. Con Carlos Nekro me encontré un día en el Salón Pueyrredón y le comenté lo que estaba haciendo. Los invité a que si querían participar, pudieran dar su testimonio. No recibí una devolución del tipo de querer involucrarse.

El libro ya está pronto a imprimirse…

NA: Hasta hace unos días lanzamos una preventa a través de Instagram (@lamayorprotestaeselamor) con un precio especial. Es un libro por demanda y la primer tanda es de 100. Ya tengo reservados casi todos, asique calculo que a principios de marzo los estaremos enviando por correo. Es puramente independiente.

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