Albino Negro presenta su segundo álbum, un disco que atraviesa diferentes géneros con desenfado y sin perder el sentido del humor.
Nacido de la necesidad urgente de encontrar un espacio para la colaboración colectiva, llega “Gauchito Roll”, el segundo disco de Albino Negro. Desde su portada, con un gaucho stone defendiendo el sol de la bandera, Albino Negro se planta en este 2025 con un manifiesto sónico atractivo y de aires criollos.
El álbum fue producido por Alejandro Allall y Fernando Centurión, mezclado por Norman Macloughlin y masterizado por Francisco Holzmann. El arte de tapa incluye un Gauchito 3D creado por Lucius Morning Star. Musicalmente, el disco es un laboratorio sonoro que bebe de referencias argentinas mientras explora texturas contemporáneas. El tema que da nombre al álbum, «Gauchito roll», es una singular conjunción estilística donde el chamamé y el rock psicodélico de los 60s se dan la mano. Por su parte, «Eco» lleva la experimentación a la raíz folklórica: es una chacarera tocada en tono lisérgico, con una letra amistosa donde la naturaleza misma escucha y responde.
«Uno mismo» es un rocanrol que se contrapone directamente a la época dominada por el individuo, reivindicando el amor fraterno y citando explícitamente a Don Atahualpa Yupanqui. La amistad es concebida como un espejo: «un amigo es uno mismo, uno mismo pero distinto / un amigo es uno mismo más bien, con otra piel». En clave más satírica, «Algo se rompió» es un rocanrol simpático que está seguro de que «algo bueno viene después de lo peor», un motivo para festejar.
El disco también ofrece paisajes íntimos y nocturnos. «Vos en off» es la canción más introspectiva, invitando a revisar el diálogo interno para, con cierto humor, poder salir de ahí.
En contraste, «Alguien dijo» es una salida nocturna por Buenos Aires, un mensaje a la «gente despierta» para encontrarse, donde se mezclan el pasado y el presente, lo clásico y lo moderno. En esta travesía porteña se menciona que «toca Charly [García] hace sonar su guitarra como Lou Reed», y se lo compara con «el monstruo del lago Nahuel Huapi».
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