El pasado 15 de noviembre, la emblemática banda de blues coronó sus 30 años de trayectoria en el estadio Luna Park. Con la presencia de músicos invitados, la noche se tiñó de fiesta para cerrar el inicio de una nueva etapa.
- Texto: Ivana Nitti y Julián Retamozo
- Fotografía: Camila Peñalva
Tres décadas de continuidad de un proyecto hablan de la fortaleza, las ganas y la pasión con la que se encara un sueño. Es el caso de la banda argentina de blues La Mississippi, cuyos integrantes desplegaron todos sus conocimientos artísticos, para regalar una noche sin desperdicios al público que supo deleitarse con su música durante años.
Generaciones de padres, hijos y nietos; personas adultas y adolescentes, un género que convoca a un amplio espectro que ratificó su apoyo a la banda en un estadio repleto.
Poco más de las 22 horas, el payador Emanuel Gabotto recitó un monólogo para dar paso a “Niño Bien”, el primer tema que abrió el telón de la fiesta de La Mississippi. Luego se sucederían las emociones en un show de más de 2 horas donde la banda recorrió con precisión cronológica su vasta trayectoria por los escenarios.
En un primer tramo, los ex Mississippi Claudio Zárate, Rubén Vaneskeheian, Zeta Yeyati, Eduardo Introcaso y Chucky de Ipola se lucieron en calidad de invitados. Fue allí donde la banda sacó a relucir algunos de sus primeros clásicos como “Matadero”, “Qué mujer!” y “San Cayetano” para placer del público.
Todo el oficio de estas 3 décadas quedó demostrado en “Tus amigos”, con una soberbia interpretación vocal de Ricardo Tapia sumado a la sutileza de Gustavo Ginoi para recorrer cada nota de este blues “al cual hay que tenerle respeto” según las palabras del frontman.
La velada también se prestó para repasar canciones históricas de nuestro rock. Willy Quiroga de Vox Dei saltó a las tablas para ponerle voz a “Azúcar Amargo”, track de la banda quilmeña que también forma parte de “Inoxidables” el disco de La Mississippi que homenajea al rock nacional. La lista siguió con “Pato trabaja en una carnicería” y “Un día feliz”, ésta última a dúo con Mariano Martínez (Attaque 77).
Los invitados continuaron sumándose con la presencia de la voz melódica por excelencia: Valeria Lynch, quien interpretó una exquisita versión de “Desconfío”. Las ex Blacanblus Cristina Dall, Déborah Dixon y Viviana Scaliza aportaron coros y un hermoso tributo a BB King (como dijera Tapia a Prisma: “el rey del blues”) con “Same Old Blues”.
También hubo tiempo para repasar algunos temas de “Criollo”, el último trabajo de la banda, como “La montaña” y “Odioso”.
No todo fue blues en la noche de Corrientes y Bouchard. Claudio “Tano” Marciello, “la mano más rápida del Oeste” a razón del cantante, sumó su poderosa guitarra para darle vida a “Ermitaño”, canción del disco “Sietevidas” reversionada junto a Marciello y Ricardo Iorio en el álbum “Búfalo” de 2011. Fue justamente “Búfalo” el tema que tiñó la noche de rojo y sirvió como una frontal declaración de principios: “En la vida hay que ser como un búfalo: ir siempre para adelante”. Acto seguido, una rabiosa “Post Crucifixión” (de la factoría de Luis Alberto Spinetta) tuvo lugar en el escenario.
La mixtura de géneros continuó con Piti Fernández de Las Pastillas del Abuelo, quien aportó voz en “Blues del equipaje”, uno de los primeros himnos de la banda de Florencio Varela, y “Reserva especial”, canción creada específicamente para la velada. Luego llegó el turno de Facundo Soto (cantante de Guasones) quien interpretó una versión descarada de “Ahora vengo”.
Sobre el final de la noche, 2 grandes invitados sumaron sus guitarras a esta cátedra de blues: Miguel “Botafogo” Vilanova y Daniel Raffo. Junto a Botafogo, La Mississippi homenajeó a Pappo interpretando “Gato de la calle negra”. Raffo, por su parte, ayudó a darle vida a “Caledonia”, uno de los clásicos bluseros de todos los tiempos.
La fiesta del blues local llegó a su fin cuando Tapia, Ginoi, Cannavo, Picazo y Tordó llamaron al escenario a todos los invitados e hicieron vibrar al público presente en el Luna Park con una versión extendida de “Un trago para ver mejor”.
A pedido del público (y de Tapia), los bises coparon la escena. Junto a Botafogo, La Mississippi interpretó “Blues de Santa Fe”, otro clásico made in Norberto Napolitano. Y, como broche de oro final, “Mala transa” llegó para demostrar la calidad de una banda que cada día suena mejor.
Entre el canto, las luces, el fervor de la gente y los aplausos, se fue cerrando cerca de la madrugada del viernes, lo que prometió y ciertamente resultó una fiesta, en la que la banda supo conquistar nuevamente el corazón de los bluseros sobre el escenario del Luna Park.
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