Rocío Sirri presenta segundo disco de estudio. Un álbum que invita al desapego, al reencuentro, a conectar con uno mismo y con los demás. Charlamos con la artista sobre el disco y su próximo show el 19 de julio en Congo Club Cultural.
- Reportaje y texto: Julián Retamozo
Rocío Sirri lanza su segundo disco de estudio “Los mil perdones”. Un álbum que transita todas las emociones que nos atraviesan cada vez que se decide emprender un viaje hacia lo nuevo, lo desconocido. Desamor, tristeza, alegría, incertidumbre, nostalgia, confluyen en este segundo álbum. Cada canción es un viaje distinto.
Dialogamos con Rocío sobre el disco y la presentación del mismo este sábado en Congo Club Cultural en formato full band.
¿Cómo surge “Los Mil Perdones”?
RS: Los Mil Perdones es mi segundo/tercer disco. El primer disco lo saqué en 2020, después saqué un disco de covers en el 2024 y aquí estamos con “Los Mil Perdones”. Surge de las ganas de tirarme a la pileta con un montón de cosas nuevas y todas las sensaciones y las emociones que eso nos trae y abrazar a cada una de ellas. Es un disco muy sincero y muy humano que surgió muy naturalmente como un concepto de canciones. Yo sabía que quería hacer un disco porque tenía ganas y de repente, cuando empecé a hacer las canciones, me di cuenta de que no eran todas parecidas. Me gusta que el disco navegue por diferentes lugares, pero igual quería hacer algo conceptual, yo lo había vivido como algo conceptual.
Cada canción tiene su personalidad desde la forma en que está compuesta, su letra y su música. Me da la impresión que cada detalle estuvo pensado al filo. ¿Cómo fue ese trabajo de producción y grabación?
RS: La verdad que sí. Hicimos una producción muy intensa junto al productor musical de todo el disco que fue Eugenio De Luca. Fue muy minucioso. El disco en general lo elaboramos dentro de todo rápido para lo que es un disco que a veces uno se encuentra años. La producción y la grabación llevó más o menos 7-8 meses. Fue un trabajo de producción muy grande porque como vos decís, pensamos todos los detalles. Yo tenía muy claro que no quería usar esta vez herramientas de sonidos electrónicos y demás, sino que quería algo más de las raíces, más de lo que yo crecí escuchando que básicamente eran instrumentos tocados por humanos: percusiones, baterías, teclas, violas, bajos, voces. Quería que ese componente humano esté muy presente, porque yo había hecho un proceso tan sincero con las letras y las canciones habían salido también desde esos lugares. Creo que cuando uno compone a partir de la compu (que también lo he hecho y está buenísimo), las canciones terminan yendo para algún lado y yo compuse desde la guitarra. Desde ahí salió todo bastante orgánico, pero después fueron muchas cosas muy al detalle porque obviamente nos divertía y somos dos nerds, vamos a decir todo (risas). Eso nos ayudó mucho a decir, «Bueno, vamos a acercar la maqueta todo lo que podamos a lo que queremos que suene.» Y después que el músico lo replique y le ponga su alma, su sentir y su amor.
Hace un tiempo charlando con unos amigos músicos, uno de ellos me decía “Siempre que grabo lo primero que meto es la criolla, ¿por qué? Porque le da cuerpo a la canción.”…
RS: Sí, es que yo las compuse todas no con la criolla, pero con la acústica y de ahí partieron todas las maquetas. Después obviamente uno, bueno, saca cositas y en vez de poner esto con la guitarra lo haces con el bajo y después sí armás los matices dentro de la misma canción, pero todo el disco yo lo armé yo solita con la guitarra. Las canciones estaban estructuradas según eso, porque compongo así hoy. El día de mañana uno nunca sabe. Hoy uno tiene tantas herramientas a la mano que bueno, por ahí uno decide buscar nuevos horizontes y está perfecto, pero a mí hoy me sirve decir, «Bueno, tengo ganas de escribir algo, agarro la guitarra o tengo una idea dando vueltas, lo bajo con la guitarra y lo anoto” Todo más humano, el planteo estaba bastante claro de para dónde ir.

Venís de tocar y grabar con banda, tuviste un primer disco solista, un segundo disco de covers, solista. En este tercer disco, ¿qué evolución notás en relación a tus trabajos anteriores?
RS: Primero la vida. Uno evoluciona y muta como ser humano y está transformándose constantemente. Creo que las experiencias son las que nos hacen aprender constantemente, desde las experiencias no tan buenas hasta las fantásticas. Yo estuve mucho tiempo viajando y tocando y creo que eso me abrió la cabeza a niveles zarpados. Realmente la distancia entre el primer disco, “Luminaria” del 2020 y este creo que sustancialmente es la experiencia que tuve de compartir en otros lugares con otras personas, con otras culturas. Extrañar, vivir un poco el desapego, vivir la adrenalina, la incertidumbre de qué es lo que estoy haciendo. Creo que el movimiento me hizo querer bajar un poco y procesar todo lo que me había pasado en los últimos años. Esa es la diferencia más grande entre el primer disco y el segundo. También en el primero uno va con un poquito de miedo, a ver qué será. Ahora tengo claro lo que quiero, no tengo que darle explicaciones a nadie. Voy a hacer lo que tenga ganas. Que hay que sacar singles, lo entiendo, yo quiero hacer un disco y voy a hacer un disco. Ya está. Dejás de prestarle tanta atención al resto y le empezás a prestar más atención a lo que querés hacer vos.
Cada single que sacabas, siempre me queda esas ganas de escuchar más…
RS: Sí, sí, obviamente que se entiende que hoy en día es mucho más estratégico sacar un single porque vas dividiendo el recurso según tus posibilidades. Por ahí en vez de sacar siete canciones de una, las sacás en 10 meses y te rinde el material. Pero quise dejar de pensar todo en relación al otro, que es un poco el concepto del disco, ¿no? Que dejemos de pensar tanto en lo que quiere el otro y lo que quiere el resto y en lo que dicen los números y hagamos un poco lo que tenemos ganas de hacer. Ese es el concepto del disco. Para un artista independiente es duro. Es difícil no solo económicamente sino, bueno, trabajar con 25 personas que estuvieron participando en el disco, hablar con cada una, coordinar esto, lo otro… Es un desgaste. Entonces, hoy en día poder estar sacando un disco es una gran felicidad, porque yo soy de la época del disco también. Crecí escuchando y yéndome a los lugares de los discos a comprarme el disco del artista que me gustaba con esas ganas y esa sed de querer escuchar todo un disco, no solamente una canción. Y dije, «Bueno, vamos a hacerle fiel un poco un poco a eso.» El concepto del disco me encanta. Entiendo que hoy quizás no sea lo que más conviene, pero bueno.
Mencionabas esta etapa de tu vida donde estuviste trabajando y viajando por todo el mundo. De esa etapa particular, ¿Qué es lo que pudiste incorporar en este disco?
RS: Creo que todo en algún punto. Conecté mucho con la cultura española, por eso el primer tema del disco tiene como un dejo ahí medio español. Me voló la cabeza estar ahí, mis ancestros vienen de esos lugares. Para mí fue muy zarpado conectarme con lo musical y con lo cultural realmente. De ese nicho, de ir a ver música, de ver a alguien bailar en la calle… Creo que esas cosas fueron las que más me chocaron y esto también de entender que somos todos distintos . Uno piensa que estamos todos en la misma y en realidad hay un montón de gente en este mundo que realmente está vibrando en otra sintonía. Esto viajar te lo da muchísimo y te cambia la cabeza. Eso fue lo que más me llevo y lo que creo que más puse e incorporé en en este disco.
La elección de los invitados. ¿Cómo fue ese trabajo?
RS: Lo primero que siempre busco es alguien que le aporte su talento, su energía y su amor a canciones que son mías. Estoy infinitamente agradecida por la predisposición de escuchar el tema y de ver si va para eso. Creo que hoy los artistas nos tenemos que apoyar y tenemos que armar red. Eso es algo súper importante. Obviamente cuando uno conecta con lo que la otra persona hace, si yo siento que lo que el otro hace no me gusta o no me siento cómoda, está perfecto decir que no también. Pero en este caso me encontré con dos personas que escucharon los temas, obviamente con responsabilidad y dijeron “Dale, de una”. En el caso de Nahuel Piscitelli, él estaba con Cruzando el charco de gira por Europa y el país tocando y escuchó el tema, le gustó y me dijo “De una, vamos a hacerlo”. Para mí eso es súper valorable y lo super agradezco. Y por otro lado, conocí a Inbal haciendo varios seminarios con ella. Me parece una capa total de todo lo que es la voz y aparte es una gran artista, tiene unas hermosas canciones. Cuando la escuché cantar dije «Yo quiero que esta chica cante en mi disco”. Le mandé el tema sin compromiso y ella dijo «Uh, me gustó el tema, vamos a hacerlo, coordinamos ya» Fue un proceso muy lindo. Para mí, lo más lindo de la música es compartir, compartir con un otro que está en la misma sintonía. Para mí fue absolutamente disfrutable y creo que a los temas le sumó un montón, así que estoy muy orgullosa de estos invitados porque no es sencillo entregarle tus canciones a otro. Yo no invito a cantar a cualquiera. Para mí es superimportante esa lección y fue muy pensada porque tenía que ver con la energía de las canciones y con la energía de ellos, que yo sentía que podían ir como un rompecabezas y que ha salido muy bien.

Dentro de poco, en días, se viene la presentación en vivo en Congo. ¿Ansiedad?
RS: Raramente estoy muy tranquila, no sé bien por qué. Toda la gente que está involucrada en el evento es tan profesional que yo estoy como “Va a estar todo bien, no tengo dudas.” Yo vengo mucho de tocar sola, pero cuando puedo tocar con banda me saco todas las ganas y va a ser una bandaza integrada por familia y amigos, porque toca mi hermano, toca Euge que fue el productor del disco y amigos. Creo que eso es lo que me tiene más tranquila: que va a ser una noche de disfrute. La expectativa es hacer el disfrute y que la gente que venga a compartir se lleve algo esa noche y diga «Che, qué bueno que estuvo esto.» Estoy muy contenta, los invitamos a todos este sábado 19 de julio a las 20 horas en Congo Palermo para presentar “Los Mil Perdones”. Van a haber canciones del primer disco, algunos covers, porque obviamente una va a tocar todo. Yo me voy a sacar las ganas.
Para aquella gente que no te conoce, que va a ir este 19 a Congo y te vea por primera vez ¿con qué show se va a encontrar?
RS: Yo creo que se va a encontrar con un show, primero muy íntimo, a carne expuesta totalmente porque es lo más divertido. Se van a encontrar con un show superalegre, con una energía de disfrute, de pasarla bien, conectar y salir un poco de los dispositivos. La cosa del ahí y conectar un poco con lo humano, ¿no? Vuelvo a este concepto también del disco, conectemos un poco más con los otros y menos con los aparatos. Va a abrir Rocío Cravero, una hermosa artista, y después vamos a ir nosotros full band. Y encima de todo, te armé un planazo porque nosotros terminamos a las 10:30, a las 11 de la noche hay fiesta en Congo y la gente se puede quedar a festejar el Día del Amigo. Entonces vos ya entrás a las 8 de la noche y te vas cuando querés, planazo.
Después de esta presentación, ¿qué es lo próximo que viene?
RS: Es una muy buena pregunta. No la tengo contestada ni yo. Mira, la expectativa está en llevar el disco por diferentes puntos y lugares de la provincia, del país, moverlo relajada. No voy a correr. Hoy estoy pensando en el sábado y en disfrutar eso porque vivimos muy adelante, muy siempre allá y nos falta un poco acá. Obviamente uno tiene que proyectar, hay ideas, hay cosas, hay trabajo, pero por el momento estoy como muy presente con el sábado y después creo que también la vida un poco se acomoda y te lleva para donde tenés que ir. Obviamente la idea es presentar el disco en la mayor cantidad de puntos del territorio que se pueda pero con amor, con paciencia. Confiando en el proceso también, no queriendo hacer todo ya. La idea es esto: bueno, ahora está el disco, a moverlo. Voy a seguir compartiéndolo y pidiéndole a la gente que le escuche, que le dé una oportunidad a la música independiente que también lleva mucho esfuerzo hacer. Fue un disco hecho con mucho amor y mucho esfuerzo. Me verán compartiéndolo y tocándolo indefinidamente hasta que aparezca otro.
Rocío Sirri presentará “Los Mil Perdones” este sábado 19 de julio a las 20 hs en Congo Club Cultural (Honduras 5329, CABA). Entradas a la venta en tickets.congoclubcultural.com.ar.
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