El seleccionado nacional de fútbol femenino clasificó a la Copa del Mundo. Prisma analizó junto a 2 jugadoras esta victoria que trasciende lo deportivo y significa un avance para la mujer en un ambiente marcadamente masculino.

  • Reportajes y texto: Julián Retamozo

7 de noviembre de 2018. La jueza checa Jana Adamkova señala la mitad de la cancha: es el final del partido. Belén Potassa corre hacia la tribuna, se agrupa con sus compañeras, salta y canta con ellas. Con autoridad y contundencia, Argentina acaba de batir 4-0 a Panamá en el estadio de Arsenal de Sarandí, que luce repleto.

El resultado es válido por el repechaje para clasificar al VIII Campeonato Mundial de fútbol femenino a realizarse en Francia en 2019. Sin embargo, para las 16.000 almas, el resultado es sólo una pequeña parte de la historia. Por primera vez, la Selección Argentina es transmitida en vivo y en directo. Está a un paso de clasificar a una copa del mundo luego de 12 años de ausencia y luego de 2 años sin siquiera competir oficialmente. Es una revancha para todas.

Para conocer más sobre el mundo del fútbol femenino en Argentina, Prisma dialogó con Fabiana Vallejos, actual jugadora del Atlético Huila de Colombia y con pasado en Boca, River, España y el seleccionado argentino. Vallejos nos contó sobre las dificultades y la discriminación que enfrentan quienes deciden practicar este deporte culturalmente adoptado por el hombre: “Existía mucho de eso. No gustaba vernos jugar ni que tampoco se involucre a la mujer entre los hombres. Sí fue difícil pero gracias a Dios tuve compañeros que siempre me defendieron. Nosotras elegimos este deporte porque es un deporte que se puede elegir como cualquiera y cuando sos chica no mirás si es para hombre o mujer. Y siempre hay que pelear para que esto sea visible y que la gente lo valore de la manera que nosotros lo valoramos. Por eso peleamos tanto. Es más que nada un premio a nosotras mismas.”

 

 

El caso de Antonella Baselo, jugadora de All Boys y la selección universitaria, es paradigmático: “Una vez jugando en la calle con mis amigos del barrio y mis hermanos, escuchamos que hacían una prueba de jugadores. Cuando fui a la prueba me preguntaron cómo me llamaba. Mi hermano dijo “Antonio” y yo dije “Tomás”. Quedó Tomás Antonio, o sea, me hice pasar por hombre para poder jugar. Tenía 7-8 años. Pero como las mentiras tienen patas cortas, habrá pasado una semana hasta que se dieron cuenta que era mujer. Me dejaron jugar, pero después me empezaron a poner limitaciones: primero podía jugar un tiempo, luego 15’ y después ya no jugaba más. Tuve que dejar porque no jugaba. Mi viejo decía “sos la mejor del equipo” y no me ponían por ser mujer. Cuando sos chiquito no sabés lo que pasa. “No podés jugar” te dicen. Después te das cuenta que en sí fue un acto de discriminación porque no hubo igualdad.”

A la dificultad cultural, se le suma la institucional: las primeras 2 copas del mundo de la categoría (1970 y 1971) no son reconocidas por la FIFA, entidad que tardó 20 años en organizar un torneo mundial. A nivel local, el campeonato argentino recién comenzó a disputarse en 1991. El cénit de la desorganización ocurrió en 2017, cuando las jugadoras del Seleccionado hicieron una huelga en reclamo del destrato de AFA: habían vuelto a entrenarse luego de 2 años sin competencia ni entrenador y la entidad había incumplido con el pago de viáticos, esenciales en un país donde el fútbol femenino es amateur. También se les negaba entrenar en las canchas de césped natural del predio de Selecciones Nacionales en Ezeiza.

“Sabemos que en su momento tuvieron su tira y afloje, pero creo que las chicas demostraron mucho carácter. Ese orgullo que caracteriza a todas las chicas que practican este deporte y los que están atrás nuestro constantemente. Nos importa mucho, siempre vamos a estar ahí. Es hora de que ellos empiecen a valorarlas, que les den esa importancia, ese espacio. Que las chicas sepan que están contenidas por alguien y que alguien está atrás de ellas constantemente apoyándolas.” Opina Vallejos.

 

 

Para Baselo, la situación es clara: “¿Por qué apareció ahora la Selección femenina? Porque la Conmebol presiona a los equipos para que tengan sí o sí un equipo femenino, de lo contrario no pueden jugar Copa Sudamericana ni Libertadores. Racing y Huracán tuvieron que levantar la actividad para poder participar de esos torneos. FIFA también está presionando a todos los países para que tengan fútbol femenino y ponerlo a la par del hombre. Obvio que eso es para hacer un producto y, próximamente, un negocio. Este grupo fue el que peleó la Copa América, salió 3° y se clasificó al Repechaje. Ellas no ganan nada, acá en Argentina, el sacrificio del fútbol femenino es por pasión nada más.”

Ese torneo disputado en Chile fue el punto de inflexión: las chicas conducidas por el entrenador Carlos Borrello pudieron entrenarse y trabajar con tiempo en el predio de Ezeiza, realizaron giras en el exterior donde ganaron experiencia y obtuvieron el compromiso de Claudio Tapia (presidente de AFA) de apoyar la actividad.

A nivel continental, en estos días se está disputando la X edición de la Copa Libertadores Femenina Brasil 2018. Uno de los equipos participantes es Atlético Huila de Colombia, donde juegan Vallejos y Aldana Cometti, actual defensora de la selección argentina. Ambas son las primeras argentinas en obtener un campeonato profesional. Sin embargo, la desorganización también afecta a la máxima competición sudamericana de clubes: “Tal vez no tuvo una buena organización. Hay chicas que hoy están jugando un repechaje y a partir de mañana ya tienen que irse a Brasil a jugar la Copa Libertadores. Esto a veces hace que uno sienta que la importancia no es la misma que la de los hombres. Pero nosotras en sí no queremos ser igual que los hombres. Sabemos que nunca lo vamos a lograr. Sí queremos ser quizás diferentes a la hora de que nos vean y nos valoren de la manera que pretendemos o merecemos.” reflexiona Fabiana Vallejos.

 

 

Es por ello que no fue extraño que en la noche de Sarandí, las tribunas repletas se llenaran de pañuelos verdes y consignas en favor de los derechos de la mujer. Al ser consultada al respecto, Vallejos señaló “Pasaron varias jugadoras por este deporte y se vio reflejado el otro día justamente en el estadio. Las pioneras del fútbol femenino estuvieron presentes, son personas ya mayores que pelearon en su momento. Hoy en día se sigue peleando así como se pelean todas las cosas del feminismo. El fútbol femenino siempre tuvo que demostrar cada día que estamos creciendo y queremos que nos miren de otra manera. No dejar ese pasado atrás y saber que las cosas que hacemos es porque las sabemos hacer, nos gusta hacer y elegimos hacer. Las cosas que pasen o no fuera del contexto del fútbol se apoyan. Sabemos que hay otra realidad, otra mentalidad. Se están peleando otras cosas por las cuales ser escuchadas. Entonces, quizás sí tenga su cuota de estar presente en estos momentos.”

“Había mucho más público femenino, obviamente. Mucho apoyo de jugadoras (me crucé a muchas en la platea y en la popular) de otros clubes que estábamos alentando porque además son colegas, compañeras nuestras. No sólo por ellas, sino por todas nosotras como mujeres. El país y la mujer argentina están creciendo y se merecen un lugar. Yo no sé si la palabra es igualdad, sino “equidad”. Hay que apoyarlas porque están en lo más grande. El sueño de cada una, el mío, es jugar en la Selección Argentina. No somos 11 ni 23. Somos el país.” Sentenció Baselo.

 

Las Pioneras

Tuvo escasa difusión y es toda una rareza, pero el combinado femenino argentino cuenta con más de 40 años de historia mundialista. En 1971, Argentina arribó al campeonato mundial organizado en México en el más completo abandono: sin botines, médico, masajista ni entrenador. Las camisetas y los botines que utilizaron fueron un regalo de la organización del certamen. Del mismo participaban además Inglaterra, Italia, Dinamarca, Francia y el local.

Las chicas debutaron con una derrota 3-1 ante México, vapulearon 4-1 a Inglaterra (con el argentino Norberto Rozas en el banco, quien se había ofrecido a ser su entrenador) y cayeron 5-0 contra la campeona DInamarca (quien retendría el título). En el duelo por el tercer puesto, las albicelestes cayeron ante las italianas por un contundente 4-0.

El plantel mundialista estaba compuesto por Ofelia Feito, María Ponce, Susana Lopreito, María Fiorelli, Marta Soler, Angélica Cardozo, Zunilda Troncoso, María Cáceres, Virginia Andrade, Betty García, Blanca Bruccoli, Elba Selva, Eva Lembessi, Marta Andrada, Virginia Cataneo, Zulma Gómez y Teresa Suárez. En honor a ellas, el 21 de agosto (fecha de la victoria ante Inglaterra) se celebra el Día de la futbolista argentina.