Entrevista al crítico de cine Oscar Mainieri

  • Reportaje: Camila Peñalva y Julián Retamozo
  • Texto: Ivana Nitti
  • Edición de audio y voz en off: Julián Retamozo

Por iniciativa del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) junto al Ministerio de Cultura de la Nación, durante el pasado 19 de agosto al 19 de septiembre, se promovió el “mes del cine argentino” con entradas al 50 % de su costo habitual. La promoción se extendió a todas las salas tanto comerciales como independientes, al igual que la Red de Espacios INCAA, para todas las películas argentinas. ¿El objetivo? Promover a precios más accesibles el consumo cultural del cine argentino.

Al respecto, Prisma Contenidos dialogó en profundidad con el Licenciado en Letras, crítico y profesor de estética del cine Oscar Mainieri, quien focalizó no solo sobre las distintas películas argentinas en cartelera y su crítica hacia las mismas, sino también acerca de la situación presente del cine argentino.

Según datos arrojados de la última Encuesta Nacional de Consumos Culturales (2017) “un 35 % de la población asistió al menos una vez al cine durante 2017. De ese total, la mitad lo hizo con una frecuencia trimestral y el 45 % vio al menos una película de origen nacional en el año” (Encuesta Nacional de Consumos Culturales, 2017: 20).

En esta línea, durante el pasado año “un 37 % de la población que acostumbraba ir al cine, dejó de hacerlo. Entre sus principales razones se destacan los motivos económicos (32 %) y falta de tiempo (26 %)”. (Encuesta Nacional de Consumos Culturales, 2017: 20)

En este contexto de retraimiento en la concurrencia al cine por motivos principalmente económicos, la iniciativa del mes del cine argentino cobró relevancia al permitir a los espectadores obtener entradas a un 50 % menos que el valor habitual: “los consumos a los que se destinan un menor gasto promedio por mes son el teatro, los libros y revistas, y el cine” (Encuesta Nacional de Consumos Culturales, 2017: 40).

Por otro lado, existen otros motivos con respecto a la no concurrencia al cine, consultados por la Encuesta de Consumos Culturales (2017) que destacan la falta de interés (19,9 %), falta de tiempo (19,3 %) y, en último lugar, la preferencia en utilizar otros formatos para mirar películas (1,2 %).

En este sentido, “la disponibilidad de todo tipo de contenidos al alcance de nuestras manos y en cuestión de segundos, aumenta el costo de oportunidad en el uso del tiempo, ya que elegir una actividad en particular, implica dejar de hacer muchas otras. Nuestro tiempo de atención exclusivo se vuelve cada vez más escaso. Es por eso que se ven sumamente afectadas prácticas como ir al cine o recitales, que implican desplazamientos, un costo específico de dinero y atención completa del espectador.” (Encuesta Nacional de Consumos Culturales, 2017: 6).

Teniendo en cuenta que se está desarrollando el mes del cine argentino por iniciativa del INCAA, ¿qué te parece este tipo de propuestas por parte de organismos del Estado para fomentar el consumo del cine argentino?

Excelente. Tendría que ser todo el año porque ir a ver una película con lo caro que está todo, poder hacerlo por 50 pesos, es fabuloso. Incentiva a que vayas, encima si la película es buena, qué más quiere uno que ver buen cine hecho en su país. Yo consumo mucho cine extranjero, pero me gusta ver muchas películas argentinas. Muchas son interesantes, algunas mejor logradas, pero nada que uno diga qué bodrio. Todas me parecieron muy interesantes, me parece bárbaro y ojalá lo hagan más seguido, sobre todo en verano que la gente no va al cine y que las salas están vacías. Con esto se llena.

Decías que consumís mucho cine extranjero. Si tuvieras que definir características del cine argentino, ¿qué dirías para quien no conoce directores argentinos, cuáles son los ítems que destacan al cine argentino?

Bueno, se puede llegar a conocer la Argentina a través de sus películas. El personaje del anti héroe en “Mi obra Maestra” nos define un poco. Es gente que está un poco del otro lado de la ley. Y quizá nos identificamos con eso, con un Maradona, más que con una persona correcta que hace lo que tiene que hacer. Eso por un lado y por otro lado, no todas las películas muestran mucho la ciudad (…) Igual a mí no me gusta hablar del cine como reflejo de la realidad porque es toda una construcción. Es un artificio en sí. Pero podemos decir que las películas muestran (a uno que no conoce) cómo es la gente, su cultura, sus valores, el ámbito geográfico, sobre todo cuando explotan nuestros paisajes que son impresionantes, o la decadencia de nuestras zonas urbanas. “La quietud”, de Trapero, transcurre en una estancia y ahí tenes el campo argentino. Después, formalmente estamos a nivel de competir con los mejores del mundo. Hay todo un avance desde los años 90 hasta acá, en cuanto a educación de los técnicos y directores que han pasado por las escuelas de cine y se nota. Todos los anteriores fueron pioneros y era gente que veía mucho cine, pero no tenían estudios formales. Y acá se nota. Hay mucha buena letra en lo que están haciendo. En ese sentido podemos rankear con los mejores del mundo.

Notaste mucha presencia de co-producciones con canales de televisión…

Sí, y con países extranjeros. España, Francia. “La quietud” está co-producida por Francia; “El Ángel” Almodóvar puso plata; “Mi obra maestra” creo que también España.

¿En dónde ves o en dónde se nota el rol de los canales de televisión en esas producciones?

Bueno, tienen más dinero. Son producciones más caras y en la gran difusión. “El Ángel” por ejemplo, la campaña publicitaria fue monstruosa. Hacía mucho que no se veía algo así, promocionar el thriller mucho antes, mientras que los protagonistas de la película estuvieron en todos los canales. Miles de entrevistas en el interior del país. O sea, difusión y publicidad. Lo mismo Darín con “El amor menos pensado”, pasearon por los canales, sobre todo por Telefé. Ahora, lo que me parece bueno es que habiendo sumas importantes de capital en juego, no les cortan las alas a los directores. No hay censura. Eso me parece fantástico, la libertad de la que gozan los creadores.

“El cine de arte, hay quienes dicen que uno tiene que acercarse sin prejuicio, y que todos entendemos el arte. Pero hay cierto arte que necesita cierta preparación. Te llega por los sentidos, te puede dormir también, porque es una reacción lógica, pero es ese tipo de arte que tiene que ver con la modernidad, donde cuanto más vos te expones a la película y escarbas, más te enriqueces vos. Si vos te metes en la propuesta sin prejuicios, puede ser una experiencia sobrenatural.” Oscar Mainieri.

¿Cuál es el rol de la formación de cine en los últimos años?

Lo veo en las películas, porque tienen un acabado profesional muy alto. Argentina siempre tuvo problemas de presupuesto para producir. Pero las de hoy se ven de una manera que no se veían antes. Yo no sé si tiene que ver con lo digital o qué, pero la mejor producción de los años ‘80 al lado de la mejor producción de hoy… Mucha tosquedad que hoy no ves. Aún en una película burda como la serie de “Los Bañeros”, están bien hechas. Con un buen acabado formal desde lo técnico. Eso se ve. Se ve que hay una calidad en los guiones realmente notable. Todos han pasado por escuelas de cine y se nota. El cine ha saltado siempre por el paso de los directores por las escuelas de cine. Acá en Argentina, la generación del ‘60 después de Torre Nilsson, son todos directores jóvenes muy influidos por el cine europeo de arte. Son películas muy entretenidas, interesantes. De búsqueda, que para nuestro cine que siempre está plagado por el realismo y el costumbrismo era como una revolución. Estos pibes del Nuevo Cine Argentino, en su mayoría vienen de escuelas de cine y han reflexionado sobre el cine. Eso se nota. Ellos no se van a permitir algo “chapucero”.

¿En qué nivel está el cine argentino comparado con el cine extranjero?

Hay 2 vertientes: una es la del cine de autor. Martel ya está en las grandes ligas. “Zama” no es su película más fácil ni más comercial y figuró en las revistas más importantes. Tanto Film Comment como Sight & Sound (revistas de crítica súmamente importantes) le dieron un espacio privilegiado. Después nos enteramos, porque nosotros no sabemos tanto. Sabemos que las películas de Darín tienen muy fuerte repercusión en España. Darín es una figura internacional. No tiene que hacer, como en Hollywood, de narcotraficante mexicano. Darín ya es una estrella con derecho propio, reconocido en España. Hay toda una serie de cine comercial que abre sus puertas a otros países. Creo que también se han estado moviendo en los últimos 15 años para que el cine nacional tenga efecto afuera. Pero, si no fuera porque masivamente nuestro cine tiene eco afuera, debería tenerlo. Porque puede competir. Nuestra industria se está fortaleciendo, uno lo ve en las comedias románticas, pero todavía falta la gran película de acción dentro del cine industrial. Nosotros no tenemos eso. O el buen thriller. Tuvimos “El secreto de sus ojos” que se vio mundialmente. Pero es 1 muy buena por cada 20 thrillers que se hacen acá. El thriller entra muy fácilmente en cualquier país, es una veta que había que profundizar porque con todas las historietas de corrupción que tenemos podés hacer unos trillers fantásticos: “Muerte de un fiscal” por ejemplo. Se ve que hay que profundizar en algunos géneros, nos vendría bien el policial. Nosotros tenemos toda una tradición de policiales, pero como acá siempre hay un tema de desconfianza hacia la policía, poner de protagonista o héroe a un policía es complicado.

¿Cómo ves el consumo del público argentino?

No hay el prejuicio que había en los ‘70, ‘80 y ‘90 hacia el cine nacional. Hay una apertura mayor. Pero aún hay gente grande que se resiste al cine nacional, que no le gusta. Claro, porque, sobre todo el gobierno anterior, que promocionó que muchos hicieran su primer película que no eran logradas o eran intentos de cine de autor que no cuajaban. Y siempre hay toda una cosa con nuestro cine prestigioso (no el industrial) de que es aburrido. Hay que tener en cuenta que en los últimos años tenemos 2 o 3 películas argentinas que llevan mucha gente al cine. Eso tiene que ver con las estrellas, con las historias atractivas. “El Ángel” tenía el plus de un personaje conocido, pero después, Ortega no era un director conocido para la mayoría. Es conocido para los especialistas. Los actores tampoco, salvo el Chino Darín. Mayoritariamente el público de “El Ángel” es joven, tiene menos prejuicios. Los más grandes, con la historia de que “no es la vida real” critican la película porque no está contada tal cual. Esa exigencia de realismo… El cine es un arte, una creación. No tiene por qué ser espejo de la realidad.

Eso es en parte por una falta de educación, porque siempre se ve lo que se hace afuera y tenemos grandes artistas en todas las ramas del arte…

El arte acá no es una cosa que importe. Si no importa la educación, menos va a importar el arte. Estamos siempre preocupados por el vivir cotidiano, si nos alcanza la plata o no, que el arte es una cosa suntuaria. No debería serlo. Hay algunos que somos enfermos y nos bañamos en arte, pero no es la mayoría. Entonces, hay que educar. Ustedes que están estudiando en escuelas de cine, no se tienen que quedar con las películas del presente. Vayan más atrás, porque sino parece que todo se hizo hoy y no. Quizás lo hicieron mejor antes. Si uno se queda solamente con el presente, es pobre. Uno tiene que tener la curiosidad como para investigar. Yo siempre he sido cinéfilo, de mirar 6 o 7 películas por semana. Como en mi época no había universidad que entrara en el tema de la crítica de cine, yo hice cursos. Me metí en Letras, después hice la carrera de Artes Combinadas donde entra la crítica de cine. El arte y el saber es viendo, ver, exponerse. Aunque te aburras, porque lo que no entendés hoy, lo podés entender mañana. Eso te va dando toda una formación.

Mainieri escribe críticas de cine en la revista digital Regia Magazine y además cuenta con su web personal llamada Oscar CInéfilo. Es docente de Estética de cine, dicta clases particulares e imparte cursos en la librería Menéndez (Paraguay 431, CABA). Consultado por Prisma, nos brindó su análisis de las películas argentinas en cartel y por estrenar.