El dilema de los trabajadores desocupados con más de treinta años de aportes

  • Producción periodística, reportaje y texto: Ivana Nitti
  • Edición de audio y voz en off: Julián Retamozo

No dejaron de trabajar porque quisieron. El sistema los fue llevando y la fábrica hizo lo suyo.

Hugo Daivez y Bruno Buonincontro integran el Movimiento de Trabajadores Desocupados con más de 30 años de aportes. Un colectivo que se constituyó en septiembre de 2013 con el propósito de luchar por la inclusión social de los adultos mayores desocupados. Hombres y mujeres que aportaron al sistema de previsión social por 30,35 o 40 años y más, y que por no llegar con la edad jubilatoria establecida por ley, quedan exentos de cualquier tipo de cobertura social.

Según datos de abril del 2015, alrededor de 34.000 personas se encuentran en esta situación. Sobre la creación del movimiento, Hugo Daivez expresó: “desde un comienzo la idea fue unificar a las personas que pasan por este problema. Gente adulta mayor que habiendo cumplido los años de aportes, quedó desocupada. En primera instancia empezamos a trabajar de forma individual pero vimos que no resultaba en cuanto a representatividad, entonces decidimos crear un espacio que a lo mejor no les da solución pero los acompaña y les da contención para luchar por nuestros derechos”.

El movimiento lleva años en el camino de interpelar al Estado para percibir tres puntos que son claves en su lucha: ingreso fijo, cobertura médica y acceso al crédito. Lo que buscan, entonces, no es más que ser incluidos dentro del sistema jubilatorio por haber cumplido con los años estipulados por ley: “aportamos toda una vida y no tenemos ni ingreso, ni cobertura médica ni acceso al crédito”, manifestó Daivez. Lo que se busca es claro, en palabras de Bruno Buonincontro: “una ley permanente, que no sea un parche y que sirva para generaciones futuras”.

He aquí el otro dilema: no llegan con la edad jubilatoria pero resultan “viejos” para el mercado laboral. Entrevistas malogradas mediante, se acortan las posibilidades de conseguir un empleo formal y caen, en el mejor de los casos, trabajando dentro del marco de la informalidad, rebuscándosela como mejor puedan para llegar a fin de mes. Y eso no es todo. No poseen cobertura médica, quedando librados a los servicios de salud pública y a la generosidad de familiares y amigos. “Hoy en día una persona mayor de 40 años para una empresa, es vieja. Ni hablar de nosotros”.

A razón de las responsabilidades del rol del Estado en sus distintos estratos, en lo que respecta al parlamento, circula desde hace años un proyecto de ley sobre la jubilación anticipada, la cual ha trascendido distintos gobiernos y partidos políticos: “tanto en el gobierno anterior como en el actual, ninguno ha discutido la justicia del reclamo pero solución no nos dio ninguno”. Lo cierto es que pasan los años legislativos y el proyecto no logra el tratamiento correspondiente para transformarse en ley.

Por otro lado, al cierre de esta edición, quedó en suspenso un contacto pendiente con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, con la intencionalidad de concretar una cita con el Ministro Jorge Triarca, al regreso de sus vacaciones anticipadas: “también hemos enviado cartas al ejecutivo a nivel personal, en nombre de mis compañeros. Nunca tuvimos una respuesta ni sabemos si lo leyeron. Es una caja negra, como muchas cajas negras que hay. Como los correos de los diputados que no te contestan. Creemos que debería modificarse el trato de nuestros representantes con los representados”.

Con todo, el Movimiento de trabajadores desocupados con más de 30 años de aportes, no baja sus brazos y prosigue en el camino de su lucha: “lo que tenemos es una casa grande llena de promesas por parte de los políticos. Pero todas incumplidas, seguimos esperando que esta gente nos deje de golpear el hombre y nos digan tenes razón pero no pongan la firma, ¿y qué espero para un futuro?, que esto tiene que salir. Si o si, va a salir”, expresó Bruno Buonincontro, mientras que Hugo Daivez manifestó al cierre “me duele no haber podido lograrlo, si bien hemos alcanzado objetivos chicos. Soy de no bajar los brazos y no me gustaría que esto lo pasen ni mis hijos, ni mis nietos ni ninguna otra persona. Más bien que no vamos a conseguir una solución a todos los problemas, pero sí diríamos que no pierda un trabajador la dignidad de vivir como una persona a la cual se le respetan sus derechos”.

“Todo a pulmón”, vociferan los integrantes del movimiento. Solidaridad, compañerismo, compromiso, lucha y actitud: si te preguntan, eso es el MDTMAS30AA.

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