La pandemia afectó la actividad económica en general y uno de los sectores más perjudicados fue el de la música. En pleno auge del streaming, desde Músicxs Argentinos en Red proponen una idea innovadora: una plataforma de música argentina hecha por músicos argentinos.

  • Reportaje y texto: Julián Retamozo

 

 

La prolongada cuarentena a raíz de la pandemia mundial causada por el Covid-19 puso en jaque diversos sectores económicos. En el caso de particular de la música, desnudó como nunca ciertos males endémicos del negocio musical. A medida que los shows se cancelaban y la actividad artística en vivo se frenaban, crecía el auge de las plataformas por streaming, al tiempo que los artistas veían disminuir drásticamente sus regalías.

En este marco, un grupo de músicos se reunieron para diseñar un proyecto que implicara un replanteo estructural en el modo de divulgación y comercialización de la música. Nació entonces el proyecto de MÚSICA.AR, una plataforma nacional de música argentina pensada por músicos argentinos. Después de varios encuentros, se realizó una convocatoria general y pública dirigida a toda la comunidad de músicos argentinos. En pocos días se juntaron más de 1500 adhesiones de todo el país. Ésa fue la piedra fundamental de M.A.R. (Músicxs Argentinxs en Red), la herramienta política necesaria llevar adelante la plataforma.

Prisma dialogó con Gabriel Lombardo (integrante del “Gabriel Lombardo Quinteto” y coordinador general de MAR) y Marcela Perrone (música, docente y está cargo de la Comisión para la Creación del Archivo Sonoro y Musical de MAR) sobre el devenir de este ambicioso proyecto que propone un golpe de mano en la política cultural del país. 

Esta bueno esto de una plataforma argentina hecha netamente por músicos argentinos, ideada por ellos. ¿Cómo llegaron a esa idea?

GL: La pandemia puso en evidencia problemas preexistentes en la música que tiene que ver con la divulgación y la comercialización. Se puso en evidencia el tema de la plata: la plata por tocar en vivo desapareció, desde que se dejaron de vender los discos las plataformas internacionales y multinacionales se adelantaron en el negocio de la venta de la música digital y ahí los músicos y las músicas dejaron de percibir regalías prácticamente por la comercialización de sus producciones. Uno por la música grabada prácticamente no gana plata. Entonces, con todo este diagnóstico, ¿cuál es la solución?. Quizás exigir que el Estado se imponga frente a las plataformas multinacionales para que paguen más derechos de autor, bueno evalué algunas posibilidades y después me pareció que lo más interesante y profundo y que atraviesa varias vertientes tiene que ver con cambiar el eje y desarrollar una plataforma nacional para tener soberanía sobre nuestros contenidos en cuanto a la comercialización y la divulgación. De ahí aparece la idea de “MÚSICA.AR”, inspirándonos en CineAr.

¿Cómo se forma Músicxs Argentinos en Red?

GL: En noviembre del año pasado nos juntamos con Nicolás Gort y Martin Schober para trabajar esta incipiente idea de una plataforma para divulgar y comercializar la música argentina. Tuvimos una serie de encuentros, generamos una carta para entregarle a Tristán Bauer, el ministro de Cultura de la Nación. También generamos un formulario para juntar adhesiones al proyecto, lo hicimos circular entre contactos de confianza y se viralizó. Al término de 2 o 3 días se llegó a 1500-2000 firmas y a partir de ahí decidimos cómo íbamos a firmar ese documento. Como no queríamos que tenga nombres propios, decidimos en ese momento generar una agrupación: MAR. Buscamos una metáfora: el mar. Músicxs Argentinos en Red. En diciembre, generamos 2 reuniones generales en donde invitamos a todos y todas las que habían firmado esa solicitud a reuniones para informarles de qué se trataba el proyecto. Entonces, a partir de esas reuniones tomamos contacto entre varios músicos de la Argentina, de diferentes palos y de diferentes trayectorias también. Se acercaron y en la segunda reunión nos dividimos en comisiones de trabajo que lleva al desarrollo y a profundizar esta propuesta de “MÚSICA.AR” a través de MAR.

Una de las eternas discusiones de los músicos es la ficha técnica. Por lo general, en las plataformas no está incluido quién tocó el bajo, quién produjo, quién masterizó…

MP: Sí, y hay un doble déficit: esto de la cuestión económica que obviamente es acuciante y es urgente porque en estos momentos depende la subsistencia, pero ya estaba de antes este reconocimiento. Y también esto hace que cuando vos quieras buscar una producción, puedas encontrarla o no de acuerdo a que estén ingresados todos esos metadatos a los fonogramas. “Bueno, yo quiero escuchar algo grabado por tal, o producido por tal, o mezclado por tal o donde fulanito o fulanita toque el bajo” (como decías recién). Son diferentes maneras de clasificar los contenidos. Algo que nos preocupó un montón y de hecho, como dijo Gaby, para optimizar el trabajo nos dividimos en comisiones (ahora son departamentos) del proyecto “MÚSICA.AR” para realmente dedicarnos a charlar sobre estos temas, invitar a especialistas e interiorizarnos en todos los aspectos. Y sobre el tema específico de la clasificación se trabajó intensamente. Con Gaby, Tomás Cabado y Silvia Fernández estuvimos en las reuniones de categorización justamente.

 

 

El proyecto tiene 2 ejes principales, ¿cuáles son?

GL: Es una plataforma para divulgar y comercializar música argentina. Entonces ahí tenés el eje cultural que nosotros entendemos que es el gran punto diferenciador (ahora lo vamos a desarrollar) y el eje comercial, que es el más sensible y es el que más rápido se comprende. “MÚSICA.AR” no tiene fines de acumulación capitalista digamos, por eso pretendemos que sea un proyecto donde el Estado tenga parte. Toda la plata que entre a “MÚSICA.AR” de modo privado se va a distribuir entre los músicos y las músicas de diferentes maneras porque están los autores, intérpretes y productores. Ése es el gran punto diferenciador en términos económicos. Y el eje cultural tiene que ver con darle visibilidad a la heterogeneidad de músicas que conviven en el territorio argentino. Nosotros tenemos que tener conciencia que en la actualidad hay una diversidad que se nos está negada. Una diversidad de música a la cual no tenemos acceso, del presente y del pasado. Para buscar en una plataforma uno tiene que tener un dato previo. Eso es un punto al que hay que prestarle atención. Ese dato previo ¿por qué uno lo tiene? ¿o ese gusto formado? Bueno, ahí entrás en el terreno de los condicionamientos sociales, porque si uno no forma parte de un ghetto, o de un circuito o si no se especializa en determinada familia, quizás hay datos, hay músicas en este caso (acá entraría todo lo que es capital cultural simbólico) que ni te enterás que existen. Vas a tener acceso sí a lo que tiene más difusión. Lo que tiene más difusión es lo que tiene más publicidad. Como vivimos en una sociedad capitalista de consumo, lo que tiene más visibilidad en las plataformas es lo que es más redituable económicamente. Entonces se imponen estereotipos estéticos que terminan formando hábitos de consumo. Esto tiene que ver también con el rol social del arte. Un rol asociado de la música, que tiene que ver con el entretenimiento casi a gran escala. Eso es un hábito de consumo, donde la música se consume para entretener. Nosotros también discutimos ese concepto, lo pretendemos ampliar. Jerarquizar la experiencia artística a partir de una plataforma que te permite entrar y descubrir música. Eso para nosotros es sustancial, porque democratiza los contenidos. Genera que un usuario salga de esa pasividad y se transforme en un usuario activo que desarrolle su ámbito de interés en función de sus intereses, de lo que le gustaría. En la Comisión de Categorías que comentaba Marcela, nosotros lo que estábamos haciendo es desarrollar un sistema clásico de búsqueda por categorías que tiene que ver con recategorizar en categorías y subcategorías. Digamos, dentro de los géneros que nosotros tenemos y conocemos, primero nombrar los que existen: tango folklore, rock, jazz. Después hay un montón de estéticas que están dentro de los géneros y de los estilos. Por eso decimos que la música argentina es muy diversa y si tenemos en cuenta la historia, más. Si tenemos en cuenta, por ejemplo al tango, es una música de 100 años. El tango tiene muchas estéticas dentro. A esas estéticas hay que nombrarlas para vincular a esos potenciales interesados con esos contenidos. Porque a todos no le gusta el tango ni todos buscarían el mismo tipo de tango. El tipo de sociedades que nosotros tenemos con la globalización masifica, unifica y en ese proceso se invisibiliza toda la heterogeneidad. Desde “MÚSICA.AR” le estamos dando visibilidad a esa heterogeneidad a través del nombre, por ejemplo, en este sistema de categorización. Eso es sustancial para nosotros y después, el desarrollo de un mapa interactivo. Buscar las músicas y los contenidos de un modo geográfico. Vos ponés un mapa de Argentina y clickeás en algún lugar de alguna provincia, esa provincia se agranda, llegás a un barrio y vas a tener acceso al fonograma que esté cargado con esa dirección. No estilísticamente, sino geográficamente. “Bueno, ¿a ver qué pasa en el Chaco?” y ahí te va a aparecer alguna música del Chaco, la que fuere. Son diferentes formas de darle visibilidad a la heterogeneidad, a la diversidad. En este caso, desarrollar el imaginario federal y ahora Marcela te va a hablar de otro aspecto del eje cultural que es la creación del Archivo Sonoro Musical.

MP: Qué importante destacar la propuesta en el marco de un espíritu federal, porque muchas veces eso es difícil de concretar. Pero cruzando diferentes sistemas de categorías, como el que contaba Gaby, más la búsqueda geográfica y otros criterios de búsquedas y afinidades se llegan a otros resultados que quizás de las conocidas comerciales no aparecen. Acá la idea es darle cabida a esa diversidad. Cuando decimos “Archivo Sonoro” nos referimos a documentos etnográficos, entrevistas, grabaciones muy antiguas que han sido digitalizadas. Que han sido las primeras grabaciones de las músicas del territorio argentino. Y también darle un marco para que eso se pueda comprender, porque muchas veces está el fonograma suelto y que da esa pregunta: ¿Bueno y esto quién es? ¿En qué ocasión se tocó o se cantó? Darle un marco musicológico para poder comprenderlo y valorarlo. Tal vez vos estabas buscando alguna especie del folklore, algún estilo de tango y te encontraste también con un pedazo de historia nacional que no sabías que te interesaba y está ahí, a un click. Eso es muy interesante, porque democratiza en serio ese contenido que lo encontrabas en una biblioteca o en algún sitio especializado y ahora está al público en general. De ahí la pata fuerte del proyecto cultural. Queremos escuchar otras cosas, eso tiene que ver con ampliar la libertad de decidir qué escuchar.

Está buena esta idea de realizar un Archivo Musical Argentino, porque uno a veces queriendo buscar discos clásicos que ya no están en venta, muchas veces uno va a las plataformas y no los encuentra. O vas a Youtube y encontrás un audio que se escucha pésimo. Es una idea muy copada para empezar a conocer un poco más la riqueza del territorio.

MP: Acá además lo que queremos nosotros es que eso pueda sonar. Que vos además de que puedas conocerlo y generar curiosidad, lo puedas escuchar en condiciones un poco mejores. Tratando de equiparar en calidad a otros fonogramas y dándole por supuesto la contextualización que merece. Entonces, vos te podés encontrar buscando otras cosas y ahí seguir en la navegación con los diferentes criterios. Hay un montón de trabajo. Estos meses que estuvimos en contacto con varios investigadores nos dimos cuenta que era una pena que eso quedara como en un nicho académico o especializado y que estuviera desperdigado. Quizás también otro de los fuertes de “MÚSICA.AR” es poder reunirlo en una plataforma. Eso, a largo plazo, es un proyecto cultural, económico y social. Involucra todos los aspectos.

Yendo a la pata económica, uno de los grandes déficit es cómo ha cambiado la balanza económica de poder (ya despareja de por sí) entre el músico y las compañías con la digitalización de la música. ¿Cuál es el golpe de mano que propone “MÚSICA.AR”?

GL: Es otro modelo. Nosotros no tenemos un modelo de negocio, tenemos un modelo de financiamiento y distribución. Es un modelo mixto: público y privado. En la parte pública, es el Estado. “MÚSICA.AR” va a funcionar de manera autárquica a través de una estructura cuyo financiamiento y administración del personal que esté afectado y también la parte tecnológica (seguramente a través de Ar-Sat) va a depender del Estado. Eso garantiza el funcionamiento y la estructura. Y después, el aspecto privado, tiene que ver con un sistema de publicidad y abonos. El espacio visual de la plataforma se va a comercializar con diferentes sectores de la sociedad civil y con el Estado. Dentro del espacio publicitario, priorizaremos a pymes, sectores de la industria argentina en desarrollo estableciendo aranceles especiales. Priorizaremos también a sectores de la sociedad civil que fomenten campañas de bien público. Va a tener un perfil de hábitos de consumo, de jerarquizar la experiencia artística y también de fomentar todo lo que tiene que ver con el desarrollo de la industria nacional, más allá de los músicos. El sistema de abonos va a ser progresivo. Lo que proponemos es que el abono sea diferencial, que va a incluir la posibilidad de la donación voluntaria y vamos a articular con entidades con registros oficiales como Anses, AFIP o Renatep, los cuales van a ofrecer datos sobre las situaciones fiscales de los aportantes para establecer este sistema progresivo de abonos. Va a haber usuarios bonificados, que son jubilados, estudiantes y quienes estén inscriptos en la Renatep (el registro de la economía popular); un abono medio para quienes acrediten ingresos medios, un abono diferencial para los sectores de la sociedad argentina que tengan mayores ingresos y después tenemos un sistema diferencial para lo que tiene que ver con abonos para el exterior (Latinoamérica, Europa y Asia). El Estado no financia las regalías, la ganancia de los músicos y las músicas. Lo que financia las regalías va a ser el sector privado: lo que entre por publicidad y abonos. El éxito de “MÚSICA.AR” en términos económicos va a tener que ver con la cantidad de abonados que tenga y con cuánto podamos cobrar el espacio publicitario. Vos tenés 10 pesos en la caja de “MÚSICA.AR” y tuviste 10 reproducciones en un mes, va a ir un peso por cada reproducción que tuviste. No hay una plata que se quede “MÚSICA.AR” en el medio.

 

 

¿Cómo sería la convivencia con organismos como SADAIC, CAPIF en cuanto a la recaudación para con los músicos?

GL: Nosotros vamos a trabajar con todos estos organismos reconocidos por el Estado, que ya son estructuras muy valiosas. Todo lo que recauda “MÚSICA.AR” se va a distribuir entre SADAIC, AADI, CAPIF y discográficas privadas. Además, estamos planteando pagarle a los intérpretes a través de AADI. Los intérpretes en la actualidad no ganan por el derecho de reproducción en los fonogramas por streaming, porque el decreto de AADI no los habilita. Es un decreto que está desactualizado y es el que funda AADI, que regula lo que tiene que ver con la música en las radios y con la reproducción de música en televisión. Sobre eso sí se cobra derecho de intérprete, pero por la música en streaming no. Vamos a utilizar los canales ya existentes: SADAIC paga a autores y compositores, AADI paga a intérpretes y CAPIF a los productores y las discográficas. 

MP: De alguna manera eso es más fácil, a través de la posibilidad de contabilizar las reproducciones on line. Lo que está faltando es la adecuación de algunas cuestiones legislativas y normativas. Como decía Gaby, se pretende en realidad optimizar el funcionamiento de estas instituciones. Pero también es interesante el hecho de que se transparente cuántas reproducciones y qué se va a pagar, porque en las plataformas actuales ese es un tema medio turbio, por decirlo de alguna manera. Nunca termina de quedar en claro dónde queda esa plata. No va ni a los intérpretes ni a los compositores. O va en un porcentaje realmente vergonzoso. Entonces, el hecho de poder contar fehacientemente las reproducciones por semana, por mes, probablemente ayude a la tarea de estos organismos.

Al principio de la charla nombraron una carta que enviaron al Ministro Tristán Bauer, ¿qué respuesta han tenido por parte de los organismos del Estado, ya sea Nación, Ciudad o Provincia?

GL: Venimos dialogando desde diciembre con el Departamento de Nuevas Tecnologías del Ministerio de Cultura de la Nación. El proyecto, en lo que tiene que ver con el modelo de financiamiento, lo fuimos haciendo un poco juntos. Nuevas Tecnologías, Industrias Culturales también, básicamente ése es el sector de gobierno con el cual nosotros estamos articulando. Vamos a tener reuniones con el INAMU y con ENACOM y seguramente con el Fondo Nacional de las Artes, que son los entes involucrados directamente.

Se ha generado una intensa red entre músicos. Por fuera de lo que es MAR, ¿cómo fue la recepción a nivel país?, porque es un proyecto con un gran espíritu federal.

GL: Nosotros decimos “Si no es de todos, no es de nadie”, porque es una plataforma para la música argentina. La dimensión tiene que ser nacional, no tiene que ser “bastante grande”, tiene que ser total. El formulario se viralizó enseguida y no paró de crecer. Nos llegan mensajes de diferentes lugares de Argentina donde hay movidas y nos llegan propuestas parecidas, pero más locales. Es un beneficio para todos y todas en la actividad musical. Hay que tener en cuenta que la música argentina genera mucho dinero en la actualidad que se está yendo del país o que es explotada por empresas de otros países. Entonces, uno sube los contenidos ahí y el dinero que genera eso se va del país. Nosotros, al establecer una plataforma nacional, estamos cambiando la ruta de ese dinero. Eso es central, tiene que ver con un sistema de autofinanciamiento. Menos directo, pero va a activar un sector de la cultura que no es solamente de músicos y va a generar trabajo. Eso que mencionaba Marcela de la ficha técnica: la visibilidad de todos los que trabajan (del diseño, etc). Nosotros planteamos hacer link. Por ejemplo, vos clickeás en la tapa de un disco y hay un link del diseñador donde te van a aparecer todas las tapas de discos que hizo. Eso genera un círculo de contactos que federaliza, genera trabajo y activa esto. Y va a ser para el mundo también, porque es de música argentina, pero abierta a toda la comunidad mundial. Es todo lo del archivo que te mencionaba Marcela, poner a disposición del mundo la grabación de música afrodescendiente, de pueblos originarios. Todo organizado por músicos como somos nosotros. Gente especializada que va a nombrar y contextualizar. Es una fuente de conocimiento que también va a ser atractiva para comercializar e ingresar capitales.

MP: Ya que estamos hablando de diversidad y estéticas, que me parece súper importante, ver también la diversidad de género. De mujeres, de disidencias colectivas, que ya están trabajando mucho en ese aspecto. Poder nombrarlas e integrarlas en diferentes listas, ya sea de música académica argentina, de folklore, del tango, de la experimentación sonora, de los registros etnográficos. Hay mucha producción autogestiva y específicamente en lo que tiene que ver con mujeres y disidencias. Es un tema que se viene trabajando fuerte en otras áreas del Estado, pero que creemos que se puede dar una vueltita más en aspectos culturales. Profundizar y tener una acción sostenida, no solamente porque quizás esté en agenda mediática. Somos varias las compañeras que estamos trabajando en la Comisión de Género que dirige Victoria Polti, está Karina Nievas (que también está en la parte de Prensa) y también está Sofía Álvarez, que es una genia de la parte de la revisión literaria del documento. Gente muy capaz y que está haciendo un trabajo muy serio. Creo que hay varias cosas por hacer, algunas de estas plataformas multinacionales incorporan algunas categorías sobre mujeres, pero desde mi punto de vista lo hacen con un espíritu un poco marketinero. No les creemos mucho, porque después a la hora de organizar los contenidos no muestran la misma convicción hacia eso. La necesidad de nombrar implica transmitir mejor y ser encontrada, encontrade. Entonces, el sistema de múltiples opciones de búsqueda, ya sea geográfica, por categorías y subcategorías y también con este destaque especial a nuevas producciones de mujeres y disidencias, me parece que es un atractivo importante en la plataforma. Vos podés buscar “Tango siglo XXI nuevas estéticas, producciones de compositoras nuevas letristas” u “orquestas típicas integradas por mujeres y disidencias”. Solamente con 2 o 3 de esos te va a salir un montón de producciones que vos decís “¿Cómo no me enteré que esto estaba?” Bueno, es parte de lo que estamos hablando: mucha producción autogestiva que con mucho esfuerzo que la verdad que merecería tener un lugar un poco más acorde dentro de las políticas culturales oficiales. Y eso es lo que nos anima: el poder darle visibilidad y audibilidad a todas esas compañeras y compañeres en el ámbito de la canción de raíz folklórica, por ejemplo. Y de hecho, creo que se evidencia esa preocupación en la pregunta de los periodistas, en las notas, en los diarios, en los medios. Y también en las nuevas categorías que a veces surgen en las premiaciones, porque le quieren dar cabida a estas y estes artistas emergentes, pero no se sabe todavía cómo hacerlos dialogar con las categorías antiguas o tradicionales. Bueno, todo eso está y le queremos dar visibilidad y valor dentro de lo que son nuevas estéticas y dentro de la temática de género. Específicamente dentro del Archivo también  una de las preocupaciones que tenemos es que esté reconocido también además de si un fonograma es un registro de un toque de tambor, o de un canto o de un violín, lo que sea, bueno quién es esa persona, dónde vivía, qué hacía. Quién es ese investigador o investigadora que tomó esa grabación. Contextualizar, darle valor a las personas que estamos escuchando, pero también a los investigadores y a los técnicos que por ahí trabajaron en digitalizar ese material que es antiguo. Cuando vos buscás eso en las plataformas mainstream, no hay ningún dato respecto a eso. Esto te propone incentivar un poco la curiosidad también.

Me quedé pensando en esta propuesta que esconde otro espíritu que es “romper el cerco”. Vos me decías que ahora las grandes plataformas están poniendo material de artistas femeninas y disidencias, pero que lo hacen como parte de una moda y que les costaba mucho hacer dialogar lo mainstream con las disidencias. Lo hacen “para quedar bien”. Esto rompe el cerco y dice “Bueno, ok. Esto es lo que hay y van a tener que dialogar con ello les guste o no. Valorenlo.”

MP: ¡Claro! Es la diferencia entre pensar algo desde una política cultural y desde una valoración de esas músicas nacionales y de esas identidades múltiples a un pensamiento marketinero de instalar eso en la portada, en un banner para que hagas click. Pero en realidad, si el mes que viene lo que vende es otra cosa, eso vuela. Acá estamos pensando algo a mediano y largo plazo que continúe. Que tiene indudablemente alcances múltiples desde lo pedagógico-educativo, desde la investigación. Desde también la posibilidad de artistas ya con una carrera profesional investiguen ese género que practican y al cual se auto adscriben y ver “Ah, yo hago tango” o “hago folklore”. Hago algo que quizás tenga un montón de historia atrás y que no conozco. Acá estamos hablando también de que observamos leyes. Está la Ley de Cupo Femenino, que establece un mínimo de 30% de artistas en las presentaciones oficiales de festivales y eso no siempre se cumple. En algún momento creemos que eso no va a ser necesario porque va a haber un cambio de mentalidad, un cambio de conciencia. Pero mientras la igualdad de oportunidades no esté dada, necesitamos llevar a cabo acciones concretas y sostenidas para darle cabida a la diversidad.

En cuanto a lo privado, ¿han tenido reuniones o acercamientos con actores del espectro privado?

GL: No, eso ya tiene que ver con un intercambio en el cual tenemos que ofrecerle un rédito de visibilidad. En este momento la plataforma no está funcionando, entonces, nadie querría comprar un espacio publicitario en algo que no está funcionando y ningún suscriptor va a querer suscribirse. Eso va a ser cuando esté más cerca el lanzamiento de la plataforma. Son cuestiones y contactos preliminares y nosotros vamos a empezar seguramente con empresas nacionales y que tienen que ver con la música argentina que estén trabajando acá y de a poco vamos a ir abriendo. Hoy estamos articulando con los diferentes sectores del Estado para lograr el financiamiento y por dónde sale “MÚSICA.AR”, si va a ser una entidad independiente, si forma parte del INAMU… Bueno, hay algunas ideas y propuestas dando vueltas. Pero hasta que eso no esté logrado, hablar de un intercambio comercial no tiene sentido.

¿En qué estado está el proyecto y qué es lo que viene?

GL: El 5 de junio hicimos una reunión general donde vamos a compartir el documento final. Compartimos el trabajo de todas las comisiones (que estuvieron trabajando durante el verano hasta mediados de marzo) que elaboraron un informe y sus propuestas. Cada una de esas propuestas e informes conforman un capítulo del documento final que es un libro que explica cada una de las áreas de la plataforma. Estamos comunicándole a toda la comunidad de músicos y a la comunidad en general que existe este proyecto, que implica una reestructuración importante en lo que tiene que ver con la divulgación y la música en el país y que puede ser la solución a diferentes problemas de los cuales estuvimos hablando implícitamente. El proyecto cultural entiende un diagnóstico de situación que mencionamos un poco por arriba (que tiene que ver con la globalización, la sociedad de consumo, cosas que suceden desde hace mucho tiempo) y la comercialización. Hoy estamos abriendo canales de diálogo con los diferentes organismos del Estado. Una vez que tengamos la articulación y estos diálogos estén avanzados, ya entraremos en la parte de la concreción. Dentro de poco vamos a empezar a subir contenidos igual desde un espacio que nos van a dar desde Nuevas Tecnologías del Estado. Es una cosa que entraríamos a hacer como un ensayo para ver qué problemas se van presentando e ir avanzando en cuestiones legales. Una vez que esté eso, vamos a ir seguramente a buscar a quienes quieran publicitar y a desarrollar el lanzamiento de la plataforma. Esto va a ser parte del Estado. Lo que estamos pensando es una política cultural, lo que pasa es que lo están haciendo los actores y las actrices digamos. Quienes hacen música están pensando una política para la música. En algún momento esto lo va a difundir el Ministerio de Cultura de la Nación. 

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