Las familias de campesinos y pequeños productores, producen casi el 90 % de los alimentos que consumimos provenientes de la tierra. La tierra que producen se la arriendan. No son dueños, sino nómades que deben mutar de parcelas junto a sus familias, en perjuicio de su derecho a una vida digna.  La desprotección Estatal, los impulsó a unirse a través de la Unión de Trabajadores de la Tierra, organización con representatividad nacional, que lucha por los derechos de los campesinos y campesinas.

  • Reportaje y texto: Ivana Nitti

 

La Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) es una organización nacional que representa a más de 20 mil familias de campesinos y pequeños productores de 18 provincias de nuestro país.

Surgió ante la falta de representación y respaldo y ante la necesidad de respuesta a los reclamos de los pequeños productores en torno al acceso a la tierra  como pilar fundamental de la organización. Para ello, se propuso un proyecto de ley de acceso a la tierra a través de créditos blandos por parte del Estado Nacional. El reclamo de derechos para las familias de productores también integra la creación de colonias agrícolas y la creación de áreas de reserva de agricultura familiar, además del impulso de la agroecología como modelo productivo, respetando a la naturaleza, los productores y los consumidores que necesitan alimentos a precios justos y sanos.

“La tierra permite una vida digna y alimentos sanos para el pueblo, por esto planteamos la necesidad de una Reforma Agraria Integral”, exclaman desde la UTT en reclamo a las necesidades justas de las familias y productores agropecuarios.

“Somos pequeños productores que hacemos todos los días el mismo trabajo y abastecemos el 90% del alimento en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores. En cada pueblo pasa lo mismo, representamos más del 50% del sostén de la mesa familiar”, sostuvo el productor agropecuario Máximo Ortega, Delegado de la UTT en la zona norte de Mercedes.

El modelo antagónico del sistema agroecológico, se basa en la utilización de agrotóxicos e insumos para la producción; plásticos, semillas modificadas genéticamente, herbicidas, fertilizantes sintéticos, etc. Este modelo presume grandes cantidades de insumos para que funcione y esos insumos están producidos, en su mayoría, por un puñado de empresas en el mundo. Este modelo, controlado por unos pocos como Bayer-Monsanto, por citar alguno, controla gran parte de la producción de semillas y agroquímicos que se utiliza para la producción y, controlando estos recursos, condiciona la forma de producir de los pequeños productores de alimentos,en detrimento de la soberanía alimentaria: “este modelo es insalubre para nosotros y para el pueblo que consume alimentos. Pagamos insumos caros, se nos paga monedas por la producción y los alimentos llegan caros a las góndolas”, expresan desde la UTT.

En esta nota, entrevistamos al productor agropecuario Máximo Ortega, Delegado de la Unión de Trabajadores de la Tierra en la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires.

Nos contó acerca de cómo nace la organización; qué alimentos producen, qué es la agroecología, cómo funciona la cadena de comercialización a través de nodos, almacenes y tiendas y cuáles son los reclamos organizados que persiguen a través de la UTT, en torno al acceso a la tierra propia, para trabajarla y vivir dignamente junto a sus familias, el acceso a una obra social, alfabetización y educación de calidad, entre otros pilares fundamentales.

Para todo aquél que no conoce acerca de la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra), ¿cómo nace esta organización y de qué se trata?

MO: La organización nació en La Plata, hasta donde yo tengo entendido, de 5 compañeros que se juntaron ahí por primera vez y, viendo las necesidades del productor que no teníamos representación en ningún lado, ningún tipo de ayuda del Estado, ni nada de eso. Estábamos totalmente retrasados con ese tema al producir sin ningún gremio que nos respaldara. Entonces, empezaron a juntarse. De ahí fue creciendo boca a boca, comentando al vecino, después al otro vecino, después hacia las provincias, a los parientes directos de cada persona. Así se fue creando.

Nace frente a la necesidad que empiezan a tener en común todos los productores de la tierra..

MO: Sí, sí. Es por eso.

Antes me decías que no estaban respaldados por ningún sindicato, entonces, la Unión de Trabajadores de la Tierra ¿qué funciones cumple respecto a todos los productores? ¿Se ha extendido a todo el país?

MO: Sí, sí. Yo creo claramente que es la representación del campo, de los productores pequeños. No llegamos a producir en gran cantidad, porque los trabajadores que tenemos en cada parcela es “familiar” como podríamos decir. Está una familia completa en su parcela, entonces no hacemos el volumen para ser empresarios o para que alguien nos represente. Somos pequeños productores que hacemos todos los días el mismo trabajo, la misma rutina y a producir la verdura, los alimentos que en definitiva nos dimos cuenta que damos casi el 90% del alimento en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores. Y en cada pueblo pasa lo mismo. Es más del 50% del sostén de la mesa familiar.

Qué interesante, cómo a veces los más desprotegidos son los que más producen, los que más presentes tenemos en nuestras mesas…

MO: Sí, es claramente, porque en la mesa por más mínimo que sea siempre hay algún producto de algún productor pequeño.

Máximo, comentame un poco qué es lo que producen estas pequeñas economías familiares integradas en la UTT y contame porque hay un aspecto muy relevante que es que impulsan la agroecología como modelo productivo. ¿Qué es y cuál es la diferencia con el otro modelo de producción de las grandes corporaciones?

MO: Nosotros producimos todo tipo de verduras de hoja: lechugas, rabanitos, acelgas, todas esas variedades. Todo lo que sea verduras, hortalizas, tapas, producimos todas esas cuestiones. Nosotros queremos impulsar la agroecología por el tema de que si salimos de producir muy rápidamente, nosotros produciendo agroecológicamente nos queda un poco más de dinero en el bolsillo y otro poco mejoramos la calidad de la verdura. La verdura ya no es producida con tanto químico, tanto fungicida… Tantas cosas que, por más que lo laves 10000 veces no se va cuando produces trasngénicamente. En cambio, con lo que hacemos nosotros que es 100% verdura tiene todas las propiedades que debería tener una verdura.

 

 

Todos sostenemos “frutas y verduras no deben faltar en la mesa”, pero cuando uno consume algún vegetal con algún tipo de agrotóxico, resulta maligno para la salud. Me imagino que al impulsar la agroecología como modelo productivo, también hay otros tiempos y otros procesos de producción que entiendo deben ser más largos. También me decías que les permite obtener un poco más de dinero, ¿eso por qué es?

MO: Porque el otro modelo es para producir en menos tiempo y lleva bastantes químicos. Los químicos ahora están a precio dólar, lo que significa que es una fortuna para mantenerlos. Yo creo que hoy en día ese factor está ayudando mucho porque hasta el mismo que produce verduras en cantidad no produce 100% con agroquímicos. Por el costo del químico, lo redujo al 50%. Sigue mandando químicos, pero reducido. Entonces, es por eso. Por el tema de la economía. Nosotros no, nosotros impulsamos. No es que la planta se deja de curar. Se cura, se hace todo el procedimiento normal, pero con preparados nuestros que producimos en nuestro propio campo con las variedades de yuyos que tenemos.

¿Cómo es la cadena de valor? Por lo general, dónde se concentran? ¿En Buenos Aires y en qué otras zonas del país?

MO: En todas las provincias, por eso es que creció bastante la UTT.

¿Y cómo es ese circuito hasta llegar al almacén, a las tiendas, a los nodos o a los almacenes locales para ir a recoger los bolsones de frutas y verduras?

MO: Bueno, a través de la organización hicimos ese recorte de la cadena de comercialización, de llegar más directo del productor al consumidor. A través de los nodos, ponemos nuestra verdura, entregar al mayorista o ellos nos vienen a buscar. Cosa que antes se hacía, pero había un intermediario que viene y te lleva. Lo que pasa con el intermediario es que viene con el precio puesto, dice “te pago tanto tu verdura, si querés me lo vendés y sino no”. Y eso es lo que nosotros no queremos, queremos que nuestra verdura vaya sin intermediario.

Que al productor se le pague por lo que produce y no que se le imponga un precio, como en el otro modelo…

MO: Claro, exactamente.

 

 

La UTT lleva adelante muchas luchas y una de ellas es el acceso a la tierra, que es un pilar fundamental para la familia, para los productores. Hay una ley por la cual se está luchando, para los que no conocen el tema, ¿cuál es la problemática que ustedes encuentran allí y qué es lo que ustedes están reclamando?

MO: Como te decía, nosotros producimos más del 90% de la mesa familiar, pero ninguno de nosotros posee su tierra. Bah, sólo un 5% es propietario del campo. En su mayoría son alquilados, arrendados o quedan de caseros para que vos cultives y no te pagan un sueldo. Haces el trabajo de casero y cultivas a la vez. Hay varias formas, pero lo importante es que no tenemos el campo propio. Entonces, la ley que impulsamos nosotros, lo que venimos luchando es para que haya una ley, para que sea más claro, que sea como un PROCREAR. Queremos que nos hagan un crédito blando que podamos pagar . Y desde el alquiler que estamos pagando en nuestro campo ahora, pagar el préstamo o lo que nos fuesen a dar por medio de esa ley de crédito. Entonces, vamos cubriendo eso en lugar de pagar el alquiler y todos los productores llegarían a su tierra propia. Eso significa más libertad para poder cultivar y más autonomía de cada productor. ¿Por qué? Porque nosotros cultivamos la tierra 3, 4 años y después el dueño automáticamente no nos la vuelve a alquilar. Prefiere dársela a los sojeros que en 1 o 2 años vuelven a usar la tierra y tiene producción asegurada, porque nosotros rodeamos la tierra con todos los nutrientes. Eso para la soja es un boom. Hacen 3-4 años de soja y nos la vuelven a alquilar para que volvamos a recuperar la tierra. Así nos tienen: de un lado a otros y nosotros tenemos que hacer el proceso de recuperar la tierra en todos los alquileres. En cambio vos, teniendo tu tierra propia, ya sería otro ritmo de cultivo. Lo que ahora agroecologicamente se tarda 40 días en producir, capaz que en 30 lo sacás en una producción transgénica.

Claro, además eso perjudica al pequeño productor porque tiene en óptimas condiciones el trabajo de la tierra y cada 3 o 4 años tienen que volver a foja cero a mejorar esa tierra para su posterior cultivo y eso hace que se ralenticen los tiempos y en definitiva, que el productor también pierda. Y además, muchos de ustedes tiene sus hogares allí mismo donde producen, entonces, cada poco tiempo tienen que andar trasladándose con sus familias…

MO: Sí, por eso es que no nos dejan. En los alquileres hay una cláusula específica que no podemos construir nada de material. Entonces tenemos casillas, ranchitos prefabricados, chapas, esas cosas… Y como vos decís, cada vez que nos movemos tenemos que mudarnos con todo el saco a otro lado.

Qué injusto la verdad, porque es el trabajo que hacen ustedes allí mismo. ¿Quién controla todas esas tierras que ustedes alquilan?

MO: El arrendador. Es un sinfín de casos de distinta índole, porque hay casos donde alquilan a través de las inmobiliarias. Hay distintas formas.

Son los propietarios donde muchas veces no se sabe quiénes son los dueños…

MO: A veces es así: no se sabe quiénes son los dueños.

Ustedes cuando arriendan pagan un alquiler por la vivienda, la tierra y saben que a determinado tiempo se tienen que ir a otro espacio. La ley entonces prevé que esto no suceda, ¿qué otros puntos tiene la ley por la que están luchando?

MO: Cortar la cadena de comercialización, que tengamos acceso a alguna obra social (que no tenemos). Cosas que son necesarias para nosotros.

Como cualquier trabajador, porque en definitiva son trabajadores de la tierra, pero trabajadores al fin. ¿Tienen acceso los que tienen familias con niños en edad escolar a la escolarización? ¿Cómo manejan esa parte?

MO: Lo más importante es que tenemos que tener a nuestros hijos estudiando para que puedan tener otro futuro. No como el de nosotros, que nacimos en el campo, seguimos en el campo y no podemos salir de él. Aspiramos a que emigren a otro tipo de profesión, pero en definitiva terminan emigrando a otros rubros. Cada vez se quedan menos en el campo. Menos gente. Cada vez los campos van desapareciendo más. No hay campo para alquilar fácilmente, no se los puede encontrar porque los dueños están haciendo barrios o esas cosas. Venden para loteo y cada vez hay menos.

 

 

Puede que algunos pensemos “qué bueno sería vivir en el campo” comparando esa situación con la vorágine de la ciudad y vos me estás diciendo que a sus familias les recomiendan hacerse de otro futuro, ¿por qué lo decís?

MO: Porque el campo no es el lugar feliz para nosotros, porque estamos totalmente desprotegidos. Pero eso cambiaría si tuviéramos una tierra propia. Ahí tendríamos un futuro para nuestros hijos, para que sus hijos también sigan como dueños del campo. Pero al no pertenecer, moverse de un lado a otro como venimos haciéndolo, es totalmente doloroso. No te queda otra que decirles “Estudiá y buscá otra profesión que te guste, nosotros estamos para apoyarte.” Nuestros chicos dejan los útiles y se van al campo. No es que llegan de la escuela y termina su horario laboral. Lamentablemente nacieron en una familia agricultora y están así.

¿Cuántas horas trabajan en la tierra?

MO: Son temporadas. En el verano se aprovecha más. En el invierno, por más que quiera, hay horas que tienen libre por las heladas o por temporadas de las cosechas. En verano sí se aprovecha más por el tema de que es verano y hay que aprovechar. Llega el invierno y ya es menos trabajo, menos entrada de dinero a tu hogar. Entonces, tienes que tener un respaldo para aguantar el invierno largo.

Actualmente, ¿temporada de qué es?

MO: Todo lo de invierno: espinacas, repollos, lechugas de invierno acá en la zona. En el norte está empezando el tomate que nosotros producimos acá también. Llega el verano y nosotros hacemos tomates, morrón, ají vinagre, berenjenas. Todas esas cosas que estaban vivas hasta hace 2 días. Cayó una helada grande y chau.

Saliendo un poco de lo que es la UTT en sí, tu situación es la de muchos trabajadores inmigrantes. Gente que viene de otros países, en tu caso de Bolivia, y uno ve que se replica en muchísimos casos. ¿por qué decidiste emigrar a nuestro país?

MO: En esos tiempos en nuestro país el Estado no estaba presente. El campo valía otra suma allá. Entonces, era sufrir como acá, pero el doble. Allá no podías llegar a nada, no tenías acceso al agua. Todo eso cambió al entrar el otro presidente que hizo muchas cosas por el campo y el campo salió adelante. Ahora, los que estamos acá, algunos queremos volver allá a nuestro país. Pero ¿qué pasa? En el transcurso de la vida que tuvimos acá, nos hicimos de familia, hijos y es algo más complicado. Ya tenemos que aguantar acá. Quedarnos definitivamente acá, no hay de otra. En Bolivia lo que pasó es que tuvieron un buen gobierno que les hizo progresar a los campos. Hasta el mismo campo de donde soy yo está mucho más avanzado.

¿Y no te gustaría volver? ¿vos tenés hijos no?

MO: Ya es muy complicado. Nosotros tenemos que hacer raíces acá.

¿Te ha quedado familia en Bolivia?

MO: De mi parte sí, está toda mi familia allá. Cada tanto voy, por eso es que te digo que avanzó muchísimo. Cuando me vine no había posibilidades de trabajo. Era totalmente distinto. Y ahora cambió un 100%. Eso es lo que me sorprende, no sé cómo pudo salir para adelante si estaba todo para atrás.

Seguramente porque cambió el gobierno y hubo otras políticas de Estado que favorecieron al agricultor. O sea que si tuviéramos que hacer una comparativa entre Bolivia y Argentina, ¿estamos en desventaja respecto a los derechos?

MO: Sí, yo creo que sí.

¿Y qué se dice entre los productores, vos como delegado, más allá de los reclamos que te hacen llegar? 

MO: Casi todos en su mayoría son como en mi caso, los que son extranjeros, los que ya no pueden irse de acá porque tienen familia, entonces, ahora nos organizamos para pelear por una tierra propia, lugares donde comercializar dignamente nuestra producción y cortar la cadena de comercialización del vendedor al productor. Producir sano, que nosotros en Bolivia lo hacíamos, por eso no es que estamos inventando algo, ya estaba. Al venir aquí, empezamos a producir así, alocadamente, a sacar producciones rápidas para poder cubrir los alquileres. No es que nosotros estamos inventando la agroecología, la agroecología ya existía. Nosotros salimos de allá, entonces, es como si estuviéramos empezando de vuelta. Ahí te da un poco de autonomía al no depender tanto de los químicos ni de los gastos.

 

 

Están volviendo a la ley primera de la producción de la tierra, de lo natural, de la economía familiar. Están saliéndose de lo otro que es nefasto y están encontrando en la UTT un lugar donde sentirse respaldados inclusive jurídicamente, porque las familias se van a encontrar con asistencia jurídica personalizada…

MO: Sí, por eso es que creció la UTT. En 5 años se hizo inmensa, hay delegados desde el Norte hasta el Sur del país. La verdad es que ya perdí el control de cuántos delegados tenemos ahora.

Sí, están presentes en 18 provincias, es un montón, 18 de 24…

MO: Si, son muchas y esperamos con el tiempo sean más.

Bueno, es más de la mitad del país. Ojalá en algún momento puedan abarcarlo en su totalidad…

MO: Sí, nosotros queremos que cada compañero se sienta respaldado, que tenga donde acudir con sus problemas que entre todos unidos vamos a tratar de solucionar y pelear por algo justo.

Aquél productor que quiera acercarse a la Unión de Trabajadores de la Tierra, ¿cómo tiene que hacer? ¿Cómo es la forma de asociarse? Contame un poco cómo se organizan, ¿hacen asambleas?

MO: Sí, ahora no por el tema de la pandemia, pero nosotros como base tenemos una asamblea mensual y después como regional (nosotros somos Regional Norte) tenemos otra también mensual. Y ya como Nación, tenemos una asamblea cada 3-4 meses donde se van juntando representantes nuestros para poder organizarse y estar en contacto con las otras provincias que también tienen otras problemáticas. Algunos no tienen el problema con la tierra (caso Chubut, Río Negro), dicen que la tierra sobra, pero no tienen agua. Hay distintas problemáticas, entonces, eso nos sirve a nosotros como productores el estar al tanto de todo y de todas las provincias.

Quisiera que me cuentes un poco sobre la creación de colonias agrícolas y las áreas de reserva y agricultura familiar.

MO: Los compañeros de La Plata, cuando empezaron, llegaron a acceder a una colonia que está cerca de Mercedes. La colonia pertenece a Luján, es de Jáuregui. Ahí establecieron una primera colonia. Era un centro del Estado, el Estado tiene una cantidad de tierras ociosas, pero ellos pudieron acceder a esas tierras y ahí están cultivando. Ellos tienen un poco más de autonomía, es un modelo que nosotros queremos replicar a nivel nacional porque hay varias tierras. Entonces, gestionamos en los municipios, nosotros en Mercedes tenemos posibilidades de abrir colonias. La colonia no es la solución, pero es un parche. Son tierras del Estado que nunca van a ser tuyas. Lo único que lograron fue el uso, nada más.

¿Pero no se paga un alquiler?

MO: No se paga o se paga un alquiler mínimo, porque pagás con producción. Entregás tu producción al municipio y el municipio lo canaliza para los hogares, comedores, escuelas.

Al fin y al cabo, uno sería un instrumento de producción a favor del Estado, pero esa tierra y esa casa que te proveen no es tuyo. Como bien decís, es un parche…

MO: Es un punto de vista, yo creo que algunos pensarán como yo y otros no. Lo ideal sería acceder a esa ley y que cada cual pueda acceder a un crédito blando. Yo creo que ningún productor no podría dejar de pagar mensualmente. Sería como estar pagando un alquiler, cosa que nosotros logramos hacer. Entonces, en vez de pagar el alquiler, estarías pagando tu tierra. Y eso significa mejora habitacional, mejora para tu familia. Que tu familia no emigre a otras profesiones, que se quede contigo en el campo. Tenemos hijos de productores que ya son, no sé si médicos, pero conozco gendarmes, policías, enfermeros… De todos los rubros. Se van y hacen sus vidas en los barros, en las grandes ciudades. Lo hacen porque no les queda otra, porque te aseguro que ellos no saldrían del campo si tuvieran un campo propio. 

 

 

¿Este proyecto ya lo presentaron en el Congreso de la Nación? ¿Qué tipo de tratamiento y de resistencia tiene?

MO: Sí, ya es la tercera vez que lo presentamos y seguimos impulsando a ver qué respuestas tenemos. Ahora nos dieron un poco más de apoyo. Con todo esto de la pandemia, todo está empeorado. Nos tienen con “Ahora vemos”, “Ahora sí”… Eso es un conflicto, porque el Estado tiene que ver a los que ponen el dinero, que son los exportadores, y a nosotros que simplemente queremos una cosa pequeña pero que le quitaría la gobernabilidad a los productores más grandes. Al tener el pequeño productor su tierra, sería pérdida para los productores más grandes.

Creo que es una guerra entre grandes y chicos, cuando en realidad los chicos son la mayoría. Hay una complicidad del Estado, que mira para otro lado básicamente…

MO: Eso creo, es mi opinión. Yo creo que al Estado no le queda otra que mirar para otro lado, poniendo trabas. Pero nosotros ponemos el alimento de las mesas familiares. No traemos el dinero que exporta la soja, pero el pueblo tiene para comer. Yo diría que eso es 100% por el tema de cómo estamos ahora con el tema de la pandemia, la pobreza que ha aumentado, con lo de la ciudad que como decís vos, si querés una lechuga tenés que comprarla. Y eso es un lujo que nosotros tenemos.

 

 

Es como si todo el circuito estuviera reglamentado a propósito: ustedes trabajan la tierra y cuando la dejan óptima, luego se tienen que ir. Eso es totalmente injusto. Por eso se plantea la necesidad de una reforma agraria que plantee un par de puntos más, no solamente la propiedad de la tierra…

MO: La ley es intensa, se apunta para todas las direcciones que queramos lograr, pero como toda ley que entra en comisión, algunas cosas van a sacar y otras van a poner y así. Nosotros, con que salga la ley como salga, ya va a ser un paso más de los 10 que tenemos atrás.

Por lo general, cuando se alquila una tierra, ¿de cuánto espacio estamos hablando en promedio?

MO: 2 hectáreas por familia.

¿Y en 30-40 días estaba lista la producción en agroecología? 

MO: En 40 días, pero si ya tienes el campo mejorado, sale antes. En 30 días.

¿Qué te gustaría que suceda de ahora en adelante, con la ley e incluso con la UTT? ¿Se sienten respaldados por la organización?

MO: Sí, es claramente el sector que nos representa. La última vez que hablamos con compañeros del Norte de la mesa nacional, ellos se sentían respaldados por la Unión de Trabajadores de la Tierra. nos gustaría llegar a todas las provincias, que todos se sientan respaldados como nosotros. Y la aspiración de uno siempre es tener la tierra. De acá a 5 años ponele, por lo menos empezar a construir una casa digna en tu propia tierra. Una casa digna para tu familia, tus hijos, poder aspirar a un baño digno, una cocina digna. Esas cosas que no tenemos nosotros ahora. Nosotros tenemos un pozo ciego, casas de cartón y/o de chapas, cosas que a esta altura de la vida yo pensaría que no deberían suceder.

 

 

Vivienda, acceso a la salud, educación para la familia y para que los hijos puedan quedarse en el campo con sus padres productores pero también puedan formarse. Esto tan importante que impulsan desde la organización que es la alfabetización, porque debe haber un gran grado de productores que no deben saber leer ni escribir, ¿verdad?

MO: Si, tal cual. Es así.

En muchos lugares donde ustedes están, tampoco llega la energía eléctrica y el agua corriente, ¿cómo están con eso? Allá en Mercedes calculo que sí.

MO: Sí, pero hay campos más adentro que no tienen electricidad. Una cooperativa de luz nos pasó un presupuesto de 120.000 dólares para llevar la luz hasta ahí. Es algo muy difícil. “Directamente, vamos a tener que seguir viviendo a mechero” le dije al compañero, porque es directamente descomunal. Ni que estuviéramos viviendo en Estados Unidos para que nos cobren 120.000 dólares.

¿Y de eso el municipio no se hace cargo? 

MO: El tema es ese. Yo creo que tendría que ser el Estado nacional, pero a veces se tiran la pelota de un al otro y nosotros vamos rebotando.

Me quedaría horas hablando con vos, ¿algo más que quieras agregar?

MO: Nosotros nos sentimos respaldados por la Unión de Trabajadores de la Tierra y queremos que siga creciendo. Que cada productor que todavía está solo se una a nosotros. Va a ver los cambios que va a tener en su vida, que funciona estar organizados. Que llegas a muchos lados. Yo estoy hace 25 años acá (y un poco más también) y hace 7-8 en la UTT. Hasta ese entonces, no teníamos ningún tipo de contacto con el municipio, nosotros éramos campo y campo. Nada más. Seguir produciendo sin ningún contacto. No sabían que existíamos directamente. Eso gracias a estar organizados cambió. Tenemos buena relación con el municipio, no podemos quejarnos de eso. Tratamos de que nos colaboren en muchas cosas, trabajamos en conjunto en algunos temas. Pero desde que empezó la organización, antes no estábamos ni registrados.

Lo que pasa es que debe haber miedo de algunos productores que por ahí deciden quedarse al margen. O desconocimiento también…

MO: Sí, todo eso. Miedo o no saber. Como venimos sufriendo varios tipos de estafas (emocionales y de otro tipo), entonces es natural. La idea es cambiar eso y alentarlos para que se sumen.

Por último, dijiste que el municipio de Mercedes, donde estás vos, los ayuda. ¿En qué aspectos? 

MO: No es que nos ayudan. Tenemos buena relación. Nos está cediendo tierras para armar la primera colonia en Mercedes, estamos en esa negociación todavía. Todavía no hay algo. Obvio que va a ser de a poco, de a 2-3 familias. Es como poner la semillita.

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