Se trata de la Biblioteca y Librería Popular Literatura Inclusiva (ByLPLI) que en octubre último inauguró su sede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

  • Reportaje: Ivana Nitti y Julián Retamozo
  • Texto: Ivana Nitti
  • Fotografía: Gentileza Bylpli

“Nuestra intención, ante todo, es que las personas se sientan cómodas en un espacio en el cual podrán tomar mate, leer, participar de eventos y actividades, y disfrutar de un lugar abierto, que a su vez atenderá los casos urgentes vinculados a cualquier situación de gravedad o de malestar que una persona pueda estar atravesando”, sostuvo Federico Baggini, fundador de ByLPLI, una Asociación Civil  que tiene como objetivo ser un lugar de encuentro y de crecimiento, de oportunidad laboral y  de contención para las minorías vulneradas. Además de ser un centro de formación y de desarrollo de  consciencia comunitaria.

El proyecto se originó en 2018 y en octubre de este año se dio la apertura de su sede en CABA, Camarones 2876, en el barrio Villa Santa Rita.

La Biblioteca, como espacio de integración, propone el trabajo de personas trans e individuos que salen de contextos de encierro, “generando así una fuente laboral en torno a las poblaciones que hoy en día más padecen la falta de empleo”, sostuvieron desde la organización.

De la Biblioteca, forman parte más de 10.000 títulos y podrán entregarse ejemplares a modo de préstamo, a las personas que quieran asociarse.

Además, sumado a la integración y como espacio de contención, uno de los mayores distintivos de la iniciativa -destacan- es el espacio ECUEN (Espacio de Encuentro Envolvente) un lugar donde se ofrecerá, a través de diversas organizaciones especializadas, los servicios de contención, acompañamiento, consejería y asesoramiento en problemáticas sociales.

 

 

Prisma Contenidos, dialogó con el Fundador y uno de los miembros de la ByLPLI, Federico Baggini; sobre los inicios del proyecto, su presente y los nuevos desafíos para la organización.

¿Cómo nace el proyecto?

FB: El proyecto tiene su origen en 2018, donde se empiezan a concretar reuniones con una serie de personas y se empieza a formar el primer grupo. En principio no tenía el nombre que tiene hoy en día. Pasó el 2018, en 2019 hubo cambios en la cotización del dólar y aumentos en los alquileres. Estábamos buscando alquilar un espacio y se dispararon los precios. Eso nos tiró un poco para atrás y decidimos esperar a ver qué pasaba con el cambio de gobierno. En esa espera, en 2020 nos atraviesa la pandemia y por ende no era momento de ningún tipo de proyecto ni de apertura de espacios. Y cuando se realizan una serie de aperturas a fines del año 2020, principios del 2021, es que vuelvo a convocar a personas que habían sido parte del grupo organizativo. La mayoría estaba en otros proyectos, con lo cual hubo que armar otro grupo sobre la base de 5 o 6 personas. Hubo que convocar otras personas. Muchas las convoqué yo. Mucho desde el instinto y de la intuición. Así fue que al día de la fecha somos 19 personas las que conformamos la comisión que dirige el proyecto. 

Si bien en la agenda pública de hoy en día hay una mayor inclusión a las minorías, cuando arrancó el proyecto no era tan así…

FB: Yo creo que en lo que tiene que ver con integración, asegurar y generar condiciones dignas de vida en las poblaciones vulneradas es algo que es una deuda histórica a nivel nacional. Hace 90 años que se gestó la primer villa con una idiosincrasia y una estética como la que vemos hoy en día. Desde ese momento, nunca ha decrecido demográficamente la población que habita en las villas. Hubo un disparador bastante fuerte durante la dictadura, que las trasladó y las ocultó. Cuando vuelve la democracia, hay un salto cualitativo en las poblaciones de villas y asentamientos. Creo que lo que pasa es que después se generaron algunos derechos y una mejoría en lo económico por lo menos y se intentaron asegurar algunos otros derechos, pero siempre estás corriendo atrás de la zanahoria. Es una problemática que siempre crece y nunca se pausa. Crece continuamente. Quienes hacemos este tipo de proyectos lo que hacemos, de alguna manera, es poner parches, porque podemos ser muy amplios y ambiciosos, pero no contamos con los recursos que tiene el Estado. Es un análisis muy parcial porque hay un montón de factores que influyen en esto. No es decir “pobreza cero” y listo. No es un truco de Harry Potter que dice un conjuro y todo se resuelve. Tiene que haber una idea, una gestión y un proceso sostenido durante décadas para poder revertir ese déficit continuo. Pero, a la vez, las comisiones están presentes y por más que las afectaciones sean minoritarias, nosotres seguimos trabajando y seguimos generando iniciativas.

¿Qué balance podés hacer de todo lo trabajado por la asociación civil a lo largo de estos años?

FB: Yo me crié y viví desde los 13 hasta los 33 en villas. Viví en villas durante más de 20 años y ni bien viví, también empecé a militar. A liderar proyectos y generar iniciativas. Son muchas sensaciones encontradas. Hay un espectro que tiene que ver con la satisfacción de que hay cosas que se pueden hacer y que generan una propuesta de cambio. Después es entender que como en toda comunidad, tiene su porcentaje de gente trabajadora, un porcentaje de gente que no quiere generar ningún aspecto positivo (ni laburar). Como todo, no le escapa a ninguna otra clase socioeconómica. Pero también están las sensaciones contraproducentes, que te frustran, porque uno se da cuenta que avanza un paso y retrocede 2. Que son muy lentos los avances y que los procesos se tienen que sostener en el tiempo porque sino no sirven para nada. Yo esto lo digo después de 13 años de un proyecto. Es muy estresante. Además, sin ser mediáticos, lo cual le impone otra cosa. Porque hay proyectos muy grandes como La Poderosa, que más allá de sus circunstancias, tampoco generan a gran escala una circunstancia donde se reduce la vulnerabilidad. Lo que se hace siempre es paliar, estar resistiendo, generando comunidades, alianzas, articulaciones. Lo que me genera son sentimientos encontrados. Tenés experiencias muy interesantes y enriquecedoras y también tenés lo opuesto.

 

 

Hay una parte de la población a la cual la reinserción laboral le cuesta horrores. Hablamos de la población trans y de las personas que salen de la situación de encierro. ¿Ustedes están encargando cierta búsqueda laboral para trabajar en la biblioteca?

FB: Una de las principales características de nuestro espacio es que está pensado para ser trabajado por personas pertenecientes a la comunidad trans y personas que salen del contexto de encierro carcelario. Desde ese lugar, entendemos que a nivel estadístico el 82,2% de las personas que pertenecen a la comunidad trans no tienen empleo y están en una condición de vulnerabilidad en cuanto a sus posibilidades de ingresos económicos. Y, en torno a las personas que salen del encierro carcelario (principalmente población masculina), hay un 75% de desempleo y un 92% de reincidencia en el delito. Son cifras altísimas. Y, en el caso de la comunidad trans, también tienen un índice muy alto de suicidios. Es el mayor índice de mortalidad entre personas de 30 y 40 años. Todo esto nos hace tener que enfocarnos en ellos. ¿Quiénes necesitan más un trabajo? ¿Nosotres o las personas de estas comunidades? Claramente ellos. Y si tenemos la posibilidad de poder generar esos espacios, nos vamos a abocar a hacer eso. Obviamente que, para que esto ocurra, tiene que haber una ausencia del Estado. Si bien existe la Ley de cupo Trans y el Patronato de los Liberados, en este país se regula muy poco. Hay muy poca predisposición ética por parte de las personas, las empresas y las organizaciones a cumplir con ciertas cosas. Es todo muy complejo, porque no sería necesario que pequeños grupos u organizaciones estemos pensando en ofrecer trabajo a personas trans y personas que salen de contexto de encierro, porque lo debería asegurar otra entidad con más recursos y posibilidades. Si nosotres, que somos un grupo muy chiquito con algunas facilidades (porque tiene algunos contactos) lo podemos hacer, imaginate lo que se podría hacer a gran escala si hubiera voluntad. Después hay muchos elementos que se ponen en juego, se entrecruzan y se ponen en tensión. Pero la verdad es que, para mí que conozco el paño desde adentro, hay mucho chamuyo y muy poca voluntad. Todo en este país se mide en costo político. Entonces, seguramente sí generan una estructura para que estas 2 poblaciones tengan empleo genuino y digno, habrá un costo político muy grande para el gobierno que lo ejecute porque hay una estigmatización muy grande hacia estas poblaciones.

En tanto biblioteca popular, ¿tienen algún tipo de apoyo por parte del Estado? ¿Cómo es la organización en cuanto al financiamiento?

FB: Las bibliotecas, sean populares o públicas, no necesariamente se enmarcan dentro del Estado. Si quieren, se pueden adscribir. Es bastante burocrático el proceso. Está la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares (CONABIP), que se encarga de recepcionar y contener a las bibliotecas populares que se van inscribiendo como asociación civil en cuanto a Nación. Y en capital federal está la Dirección General del Libro (DGL), que también acompaña con incentivos, fondos, etc. En nuestro caso, hace poco la Inspección General de Justicia nos aprobó como Asociación Civil, asique estamos legalmente establecidos hace poquito, pero todavía no formamos parte ni de la CONABIP ni de la DGL porque hay que hacer algunos paso previos que hay que hacer ante AFIP (declaraciones juradas, presentaciones de libros, etc) y la IGJ. Por el momento no tenemos financiamiento ni líneas de subsidio de ningún tipo porque somos un espacio que hace unos días recién estamos constituidos de manera legal. Por lo cual, si quisiéramos, recién ahora nos podríamos postular a alguna línea de subsidio. En cuanto al espacio, la sede está en un espacio físico que alquilamos a un amigo mío. Para poder sostener el alquiler (uno de los mayores gastos que existen), hay 2 personas que viven allí (una persona trans y una compañera). Está esa idea de poder hospedar a diferentes personas que no pueden estar en otro espacio por cuestiones estigmatizantes. Esas personas pagan un porcentaje del total del alquiler. El colectivo paga el otro 33% y el resto de los gastos se dividen de la misma forma: el inquilinato, el colectivo y la biblioteca. 

En cuanto a la biblioteca, ¿los libros surgen de donaciones? ¿Cómo puede hacer la gente para colaborar?

FB: El espacio se constituye y se refacciona gracias a donaciones y aportes. Sin eso, no hubiéramos podido hacer nada. Tuvimos gente que aportó bastante desde lo económico, gente que aportó con muebles y elementos de albañilería y pintura, elementos de cocina, heladeras… Se aportó de todo, desde personas allegadas a personas que no conocemos y ayudaron. No renegamos de ninguna donación, recepcionamos todo. Si no lo mantenemos en nuestro espacio, lo redirigimos a proyectos donde sabemos que les puede ser más útil que a nosotros. La realidad es que estamos bastante completos. La persona que quiera donar puede acercarse. Desde cualquier tipo de insumo: libros, alimentos, etc. Estamos en Camarones 2876 en el barrio de Villa Santa Rita de Capital Federal (cerca de Paternal, Flores, Villa del Parque). Nos pueden buscar en Facebook e Instagram como Bylpli. Las personas que quieran asociarse también pueden hacerlo. Hay diferentes formas y es una manera de contribuir mensualmente con poquito, pero que a nosotros nos suma un montón. También contamos con una librería donde actualmente vendemos ejemplares de 15 editoriales pequeñas y medianas independientes. También contamos con el Espacio de Encuentro Envolvente (ECUEN), que es la pata más social de nuestro proyecto, donde se recepcionan casos de personas que estén atravesando algún proceso de vulneración en sus derechos o en su vida. Nosotres hacemos una contención primaria y, si no podemos hacernos cargo de atender esa situación, derivamos a la persona a algunas de las organizaciones con las que articulamos como Socorristas en Red para lo que tenga que ver con interrupción voluntaria del embarazo, CORREPI con lo que tenga que ver con gatillo fácil y violencia institucional y policial, etc. 

 

 

¿Cómo nace ECUEN? Previamente, ¿hubo experiencias similares?

FB: Conocemos y tenemos experiencias previas. Las personas que formamos la Bylpli venimos de organizaciones que tienen trabajo territorial, panorámico (no sólo conceptualizado y teórico). Conocemos experiencias con mayor o menor similitud. Lo que pasa es que nosotros, a diferencia de otras organizaciones y espacios, estamos muy organizados. El nivel de organización interna que tenemos es quizás lo que más llama la atención. No hay nada librado al azar. Está todo previsto. Incluso lo imprevisto tiene un protocolo para ser solucionado.

Los años de experiencia trabajando en la calle con la gente también te van curtiendo…

FB: Exacto. Te van curtiendo, te van doliendo también y te van acercando a perspectivas diferentes. La realidad es que también éste no es un proyecto horizontal. Es piramidal, porque tiene una persona que está a la cabeza y después hay comisiones que tienen autonomía. Esa elección de que sea piramidal y no vertical ni horizontal tiende a que no señala los liderazgos que surgen naturalmente. Por otro lado, desde mi perspectiva la horizontalidad es una construcción y no puede haber hasta que no conocés a las personas. La verticalidad es algo que surge más naturalmente porque tienden a haber personas con cierta autoridad, poder o imagen y recursos. Este proyecto, por el momento, se organiza piramidalmente y eso funciona. Una estructura piramidal tiene una base que la sostiene y la idea es que esa pirámide se vaya achicando hasta lograr esa horizontalidad a futuro. Por eso la experiencia sirve, pero más que la experiencia la idoneidad. La idoneidad se compone de un poquito de intuición, mucha experiencia, un marco teórico. Es un eje clave. A mí me cuesta mucho entender cómo una persona prioriza los contactos, o la formación académica, o sólo la práctica, cuando en realidad la idoneidad es lo que debería priorizarse. Estamos en un sistema donde la idoneidad es el último eslabón de esta cadena.

Una propuesta muy interesante es la de los talleres, ¿Cuáles hay y cómo los fueron armando?

FB: En principio y por ahora hay un solo taller, que es de guitarra y lo da un compañero de la casa. No hay que olvidarnos que el espacio se inauguró el 16 de octubre y como organización tenemos una premisa que es no quemarnos ni desgastarnos. No queremos hacer 1500 cosas para que el lugar funcione. Tenemos una estructura de funcionamiento en la que le dedicamos el tiempo que deseamos y podemos dedicarle. Eso implica que, si una persona puede ir una vez a la semana 3 horas, vaya una vez a la semana 3 horas, pero que cumpla con eso. Yo prefiero, como coordinador general, que me digan “Fede, yo seguro puedo ir una vez a la semana 3 horas” y no que yo le diga “necesitamos que vengas jueves, viernes y sábado de 10 a 14” La necesidad del espacio no existe. Existe la disposición de quienes integran el espacio. Todo lo que pasa se concreta en torno a esa posibilidad. Lo que pasa en el 98% de las organizaciones es que se queman, entran en conflictos internos y se desgastan. No pueden ser empáticas porque tienen un nivel de cansancio y agotamiento y no se sostienen. Nosotros tenemos conciencia de que esto ocurre y queremos evitarlo.

 

 

Hay distintas formas de asociarse, ¿cuales son?

FB: Hay 3 tipos. Lo que es el socio adherente, que permite sacar 2 libros por semana (uno para adultos y uno para niños) y sale $300 por mes por lo menos hasta septiembre del año que viene inclusive. También dispones del espacio, no tenés que ser socio para utilizar la biblioteca como salón de lectura. También se permite comer y tomar dentro de su espacio. Después está la asociación activa, que implica que las personas pueden, pasados 2 años, postularse para formar parte de la Comisión Directiva. En tercera instancia está el Club Bylpli, donde tenés que abonar $500 por mes y tenés la posibilidad de sacar 4 libros por semana (2 para adultos y 2 para niños), tenés descuentos en las compras en nuestra librería y la posibilidad de tener prioridad en las inscripciones a talleres así como vacantes aseguradas en las charlas y proyecciones. También te da la posibilidad de tener clases gratis en el CECAM (Centro Cultural de Artes en Movimiento).

Está buena esta idea de generar articulaciones y horizontalidad…

FB: Tal cual. Y también aclarar que en la Bypli no consideramos a la casa nuestro territorio. La casa es nuestra primer sede, pero no nuestro territorio. Nuestro territorio es todo ámbito donde podamos ir a traccionar. Sea en nuestra sede, en una villa o en una cárcel donde haya alguna actividad que se pueda hacer o alguna población vulnerada donde se pueda actuar. Por eso la Bypli es un proyecto, no es una casa ni un espacio físico.

¿Qué es lo próximo que se viene?

FB: En principio tenemos 2 presentaciones de libros en noviembre y como actividad importante, inaugurar la sala de lectura que le vamos a poner el nombre “Norita Cortiñas” (si todo nos acompaña, Norita nos va a acompañar en la inauguración) y también vamos a inaugurar el patio que se va a llamar “30.000 desaparecides”. Después tenemos la perspectiva de poder, antes de fin de año, hacer la entrega de bolsones agroecológicos en nuestro espacio, ayudando y articulando con otras entidades que producen productos agroecológicos. Y, finalmente, poder hacer en el verano lo que hemos denominado como “Colonia Bylpli”, un espacio para infancias y maternidades. Después, bueno, seguir ampliando las formas de interacción con otros territorios, la incorporación de talleres y otras actividades más relacionadas a lo social como talleres de formación en oficios o en problemáticas sociales.  

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