El presidente del INAMU (Instituto Nacional de la Música) dialogó con Prisma Contenidos sobre los avances realizados a 8 años de la sanción de la Ley de la Música. En un año complicado para la actividad musical, también analizó el panorama actual del sector.

  • Reportaje y texto: Julián Retamozo
  • Fotografía: Gentileza INAMU

 

 

En el contexto de un año muy particular y lleno de dificultades para la actividad musical, la  Ley 26.801 cumplió su octavo aniversario. Es por ello que Prisma Contenidos dialogó con Diego Boris, presidente del Instituto Nacional de la Música, sobre aquella jornada histórica para el colectivo de músicos y músicas argentinas donde se logró un objetivo militado durante años desde los diversos puntos del país.

Asimismo, Boris realizó un análisis en retrospectiva de los logros del INAMU y las iniciativas llevadas en favor del fomento de la actividad musical nacional.

Hace poco se cumplió un nuevo aniversario de la sanción de la Ley de la Música, ¿qué recuerdos te trae ese día?

DB: Hace muy poquito se cumplieron 8 años desde que se aprobó por unanimidad en el Senado lo que nosotros llamamos “Ley de la Música Parte 1”, que en realidad lo que crea es un órgano de fomento a la actividad musical: el Instituto Nacional de la Música. Antes del tratamiento al mediodía hubo una reunión de comisiones en el Senado de la Nación, lo que se llama Plenario de Comisiones, donde se le dio el último visto bueno antes de que vaya al recinto. Y sobre las 7 de la tarde masomenos, fue al recinto y se aprobó por unanimidad en general y en particular. Ese día habíamos preparado un recital con el escenario inclusive en la vereda que da al Congreso y fue muy emocionante porque empezaron a llegar grupos y solistas de diversos estilos, de diferentes convocatorias, que querían tocar ese día y expresar su satisfacción y su alegría porque estaba la Ley que creaba un órgano de fomento y que había sido un trabajo realizado por los músicos y las músicas de todo el país durante mucho tiempo. O sea, un trabajo de protagonismo de la actividad musical. No era que apoyábamos una ley de la cual no habíamos participado, sino al revés: habíamos sido protagonistas de cada uno de los puntos que tenía la ley.

 

 

Hubo mucha militancia de diversas entidades que agrupaban a los músicos. Me acuerdo de UMI, de FAMI… y ahora, en retrospectiva, ¿qué evaluación hacés de la aplicación de la Ley?

DB: Es muy bueno lo que vos señalás: hubo un gran compromiso colectivo. En ese momento yo estaba al frente de la UMI y de la FAMI, estaba AMUISE (Asociación de Músicos Independientes de Santiago del Estero), MIAS (Músicos Independientes Asociados de Salta), vinieron músicos de Rosario, Santa Fe Unida por la Música, el MIMM (Movimiento Independiente Mendocino de Músicos), AMI (Asociación de Músicos Independientes de Neuquén)… Habíamos logrado asociatividad a nivel federal y luego esto se plasmó en los puntos principales de la Ley. Entonces, cuando hablamos de la actualidad, mucho de lo que ver con la actualidad tiene que ver con el origen de la Ley. Hoy en día no hay solamente unas 15 organizaciones con las que impulsamos la Ley, sino que ya hay 70 organizaciones que participan en la definición de quiénes son los beneficiarios del Instituto. Y podemos decir que este año en pandemia y en virtualidad se pudo ver realmente un órgano muy rápido, muy operativo que tiene que ver justamente con el origen del Instituto. Cuando hoy en día vemos que hay un programa de televisión que está todos los sábados a las 19 hs por la TV Pública hace 44 semanas, que tenemos un programa de radio en Radio Nacional, pero que también hicimos 3 Convocatorias de Fomento, charlas sobre música argentina al exterior y Convocatorias de Fomento al Exterior (esta vez en la virtualidad) y también se trabajó mucho en el área de formación… Digo, todo esto es posible porque se creó una Ley que permite el compromiso de las diferentes asociaciones de músicos y músicas en las provincias. Todo lo que se hizo, se hizo a nivel federal. Logramos llegar a las 24 jurisdicciones de la Argentina y logramos que el federalismo sea operativo, no declamativo. La independencia económica que tiene el Instituto, más la figura legal de ente público y estatal, más el federalismo institucional con los secretarios de cultura de las 24 jurisdicciones, más el federalismo organizativo, territorial con las 70 organizaciones (que ya lo venimos trabajando en estos 6 años que tiene el Instituto), permitió una rapidez en la pandemia que a veces sorprendía. Esta situación se pudo hacer porque teníamos 6 años de trabajo colectivo. Entonces, este año, si bien fue un año muy complejo y muy dificultoso, se pudieron hacer muchas cosas.

 

 

La Ley de la Música dialoga con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de manera estrecha. Sin ir más lejos, hay un artículo de la LSCA que garantiza la emisión de música independiente argentina. Hace poco el INAMU firmó un convenio con ENACOM, ¿de qué se trata?

DB: El artículo 65 de la LSCA pone que el 30% de la música emitida en las radios sea de origen nacional (cuando el autor o el intérprete es argentino), pero la mitad de ese 30% tiene que ser de producción independiente. Y la Ley define como producción independiente cuando el autor o intérprete es dueño de los derechos de la comercialización de la obra. En criollo, cuando el músico o la música es dueña del máster. O sea, es la persona que pagó la grabación. El convenio firmado recientemente con el ENACOM lo que hace es convertir al INAMU en órgano colaborador del ENACOM no sólo para identificar qué es producción independiente, sino también para ayudar a fiscalizar. De hecho, vamos a armar un banco de música nacional independiente para que las radios no tengan excusas y no puedan decir que no saben si lo que están pasando corresponde con lo que determina la Ley. Es un banco de acceso gratuito a ese material y va a permitir que las radios puedan cumplir. El convenio lo que hace es que estén las herramientas necesarias para que se pueda fiscalizar y, en el caso de tener que aplicar multas, etc, haya un mecanismo muy transparente en cuanto a la fiscalización. Este convenio es muy importante porque retoma lo que habíamos hecho con la FAMI a fines del 2013. Habíamos firmado un convenio muy similar que funcionó hasta fines del año 2015 y luego no siguió esa situación de contralor de música nacional independiente. Ahora está esta posibilidad y ya con el INAMU que tiene más estructuras y posibilidades que la FAMI.

 

 

Una de las iniciativas llevadas a cabo durante la cuarentena para difundir la actividad musical es “Unísono”, ciclo que consta de una versión televisiva (emitida los sábados a las 19 hs por la TV Pública) y una radiofónica (emitida los domingos a las 00 hs por Radio Nacional). Producidos íntegramente por el INAMU, por “Unísono” han pasado más de 300 grupos y solistas independientes de todas las provincias y estilos musicales mostraron sus canciones a todo el país contando además con el apoyo de grandes músicos y músicas, quienes en cada emisión presentan a los artistas. Ya participaron del programa: León Gieco, David Lebón, Gustavo Santaolalla, Hilda Lizarazu, Patricia Sosa, Peteco Carabajal, Ariel Ardit, Liliana Vitale, Willy Quiroga, Sandra Mihanovich, Palo Pandolfo, Victor Heredia, Mavi Díaz , Miguel Cantilo, Andrea Álvarez, Juan Carlos Baglietto, Rubén Patagonia,  Celeste Carballo, Nito Mestre, Diego Capusotto, Pedro Saborido, Marcela Morelo, Rodolfo García, Litto Nebbia, Moris, Antonio Birabent, Miguel Mateos, Fabiana Cantilo, Alejandro Medina y Lula Bertoldi, entre otros.

Mencionaste a “Unísono”, el programa que se emite por la TV Pública y que también cuenta con una versión en Radio Nacional, ¿cómo evaluás el impacto del programa a la hora de difundir la música nacional?

DB: Realmente el impacto creo que se va a poder ir midiendo con el correr del tiempo. Obviamente nosotros tenemos un impacto todos los sábados por la gran cantidad de comentarios que nos llegan de los distintos grupos y solistas que salen. En algunos casos, a través de Whatsapp me llegan 20 o 30 capturas de pantalla de gente que vive en distintos lugares del país porque lo están viendo. A veces lo mandan los artistas que están saliendo en ese momento como una forma de demostrarme que lo están viendo, pero también como una forma de ver porque todavía la tv abierta es uno de los dispositivos más importantes para poder difundir. Si bien hoy en día, sobre todo las personas más jóvenes que están mucho en las redes, etc, la irrupción de un medio como la televisión abierta realmente genera un antes y un después. Eso lo estamos notando sábado a sábado, el programa es muy federal. Ya pasaron 320 grupos y solistas de las 24 jurisdicciones (las 23 provincias y Capital Federal). Lo que se está viendo es que los grupos y solistas empiezan a sentir que se está construyendo el derecho a poner a circular un material. ¿Qué quiere decir esto? Que si hay un compromiso de haber realizado un audiovisual en las características que solicita el programa que es música en vivo, ya sea en estudio de grabación o tocada en directo frente al público o en sala de ensayo pero bien filmado, pueden empezar a tener un lugar de circulación. Y eso se puede empezar a convertir en un derecho. “Si tengo un audiovisual en calidad, siento que puedo estar en Unísono.” Eso nosotros lo sentimos como una demanda positiva ante la insistencia, y eso es un valor. No hay que tenerle miedo a la insistencia de un artista por querer estar en un lugar. Eso es un valor de un artista, porque cree en lo que hace y empieza a sentir que tiene derecho a estar. Ese tipo de demanda nosotros lo sentimos como algo muy productivo y vemos que de a poco va creciendo. Y también va creciendo el compromiso que se tiene con lo audiovisual. Muchas veces estaba relegado a las productoras o a las superestructuras, etc. Hay una calidad de material audiovisual terrible y podríamos tranquilamente hacer Unísono todo el año que viene porque ya tenemos material para hacerlo. Eso lo que demuestra es la inversión que se hace desde los sectores de la cultura, de los artistas de la cultura, hacia la sociedad. O sea, la Argentina tiene una producción cultural tremenda producto de la inversión que hacen los artistas en sus propios proyectos.

 

 

La sanción de la Ley 27.539, impulsada por Celsa Mel Gowland, marcó otro hito en la historia de la lucha feminista. La norma exige un 30 por ciento de participación de mujeres y disidencias en festivales. Y si bien fue aprobada a fines de 2019 y reglamentada en los primeros días de enero, todavía es una cuestión de debate entre productores y organizadores de eventos que se resisten a su aplicación. Es por ello que desde el INAMU realizan periódicamente charlas de visibilización y capacitación en torno a la Ley.

En estos años ha recobrado mucha fuerza la causa feminista. Han surgido una serie de legislaciones en favor de ello y una ley en particular es la de cupo femenino en los shows musicales y festivales. ¿Qué opinión tenés acerca de este avance?

DB: Realmente es la posibilidad de construir un derecho, una demanda genuina. Acá hay un grupo muy grande de compañeras de la actividad, donde Celsa Mel Gowland tuvo un protagonismo muy fuerte a la hora de organizar la parte legislativa (por supuesto con legisladores). Realmente fue muy importante porque lograron que se apruebe la ley y para el Instituto es un orgullo poder ser órgano de aplicación de una ley que va a mejorar la visibilidad de una gran cantidad de compañeras artistas músicas y de personas de identidad de género autopercibida para que puedan estar en un escenario. Claramente cuando nosotros veamos que en 10 o 5 años que la composición de los grupos y de los shows empiece a ser diferente y empiece a haber un equilibrio diferente, eso va a haber tenido su origen en esta ley. Yo me dediqué a la música porque vi primero a los Beatles y después a Almendra, Sui Generis. Yo quería ser como ellos, que veía que disfrutaban como cantaban, que expresaban ideas en letras de canciones, sentimientos… Y había muy pocas mujeres. Yo creo que había muy pocas mujeres que se pudieran sentir identificadas. En este momento recuerdo a Gabriela y después vino María Rosa Yorio. Después vino la camada de Celsa Mel Gowland, Fabiana Cantilo, Isabel de Sebastián, Claudia Puyó, Celeste Carballo… pero fue después eso. Al principio había muy pocas mujeres. Lo que va a hacer esta ley es visibilizar a una gran cantidad de mujeres que hoy en día no tienen esa posibilidad y las nuevas generaciones verán que es una situación posible, que la pasan bien y que se expresan. Muchas chicas van a querer estar en ese lugar. Va a tener un efecto similar al que tuvo en la política cuando uno veía la composición de la Cámara de Diputados o de Senadores en los años 1985, 1985, 1986 y era muy difícil encontrar mujeres. La ley de cupo femenino en la política determinó que hoy en día a nadie se le ocurre, inclusive a la hora de nombrar funcionarios o funcionarias, evaluar el género. Evalúan la capacidad. Creemos que esta ley va a ser muy beneficiosa, por supuesto para las compañeras mujeres y personas de identidad de género autopercibida, pero para la actividad musical en general.

En cuanto a las actividades que desarrolla el INAMU, nombraste a las Convocatorias Productivas y Solidarias de Fomento, así como también escuché hablar del Circuito Radial de Música en Vivo. ¿Qué repercusiones tuvieron esos proyectos y cuáles son las próximas iniciativas?

DB: Las convocatorias funcionaron muy bien. De hecho, en las primeras 2 casi 3.000 músicos y músicas se vieron beneficiados. Y en esta convocatoria contamos con la colaboración y asistencia del Ministerio de Cultura. El Instituto puso $15.000.000,  el Ministerio de Cultura puso otros $15.000.000 y se pueden ver beneficiados 600 proyectos. Esto va a permitir a los beneficiados empezar el año que viene productivamente grabando, realizando audiovisuales o haciendo streamings. Por otro lado, lo que llamamos CIRMUVI (Circuito Radial de Música en Vivo) no llegó a arrancar por la pandemia. Justamente era un proyecto que arrancaba este año en marzo. Lo haremos el año que viene porque tiene que ver con la circulación de música en vivo en las radios. Que se hagan recitales, se transmitan en las radios y que se toque en las radios. Que se hagan shows en vivo. Se pueden hacer giras radiales. Que la música en vivo vuelva a ser, como en algún momento lo fue, algo cotidiano donde se pueda tocar en cualquier lado. Para nosotros la música es parte del paisaje cotidiano. Y las radios deberían ser unos propagadores naturales, como en algún momento hubo orquestas en Radio Municipal, en Radio Nacional, etc, pero que sean ámbitos siempre y cuando haya un lugar adecuado, con las medidas de seguridad correspondientes en cuanto a electricidad, etc. Que un grupo o un solista pueda ir a una radio pero no a cantar una o 2 canciones, que pueda hacer un recital. Que las personas que escuchen puedan interactuar. Esto de tocar en vivo se puede multiplicar y ya no queda reducido a los espacios estrictamente de convocatoria de público presente. La radio se puede convertir en multiplicador y todos conocemos la gran cantidad de radios comunitarias que hay en nuestro país. Imaginémonos los artistas que graban giras… O sea, tranquilamente este fin de semana se toca en tal radio de zona sur (y se va a Avellaneda, Temperley o Lanús), el otro fin de semana en el Oeste (y se va a Moreno, Merlo, Morón) y así sucesivamente. Se puede ir construyendo una base de público que permita alimentar un proyecto, que no haya que esperar a tocar en vivo sólo en un lugar con lo que el traslado de público sugiere y eso. O sea, todo tiene que sumar: tiene que convivir la música en vivo con la música en la radio, en las universidades, en los medios de comunicación, difundida con fonogramas. Todo tiene que apuntar a eso: que haya más espacios para poder divulgar lo que hacés.

La crisis sanitaria desatada a raìz del Covid-19, que llegó al estado de pandemia mundial, afectó la vida de muchos sectores. Uno de los más afectados fue, sin lugar a dudas, el de la actividad musical. En el objetivo común de volver a los shows presenciales, hubo notables avances y retrocesos. Un suceso particular se dio con la medida tomada por el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) del gobierno de Córdoba de prohibir hasta el 31 de marzo la apertura de discotecas y la realización de recitales o espectáculos tanto aire libre como en espacios cerrados.

En los últimos días se ha conocido la decisión del gobierno cordobés de prohibir los espectáculos en público. Si bien ya había protocolos aprobados por el Ministerio de Cultura de la Nación, al igual que en provincia de Buenos Aires y en Capital Federal, ¿cómo ves el panorama de la actividad musical?

DB: Uno es en algún punto positivista por naturaleza. Por eso nos dedicamos a trabajar para cumplir una ley, para modificar la realidad y este tipo de cosas. Todas las miradas y la visión que yo te pueda plantear tiene que ver con esa lógica. Claramente hubo un protocolo a nivel nacional, también hubo trabajos en distintas ciudades. Las potestades son de las municipalidades por la lógica que tiene nuestro país. O sea, en la provincia de Buenos Aires lo que puede estar habilitado en Merlo quizás no puede estar habilitado en Moreno y lo que pueda estar habilitado en Avellaneda quizás no puede estar habilitado en Temperley. Hay un trazo grueso donde las municipalidades y las provincias (hay que ver bien la decisión de Córdoba) podrían ampararse en el protocolo nacional. Evidentemente hubo una decisión de no hacerlo por lo menos hasta marzo y eso lleva a los grandes festivales. Seguramente va a ser difícil que lo puedan sostener por la presión de los artistas. Algún tipo de salida se va a tener que dar porque va a ser muy difícil que hasta marzo no haya música en vivo en un lugar donde hay tanta producción artística, cultural y musical como lo es Córdoba. Hubo mucha queja y uno cree que se va a encontrar un punto de equilibrio. Lo que sí habría que estudiar bien es cuál es la medida. Vamos a analizar bien nuestra posición. Seguramente trataremos de comunicarnos con las autoridades de Córdoba para ver en qué se puede colaborar para que se levante o se modifique esta medida.  

Finalmente, tras una reunión con productores y artistas, las autoridades cordobesas anunciaron que adherirán al protocolo nacional de shows en vivo. Se decidió otorgar un protocolo a partir de este viernes 18 de diciembre para habilitar los espectáculos hasta el 50 por ciento de la capacidad con butacas en el formato teatro, ya sea un espectáculo teatral o musical. Se aplicará el mismo protocolo que en los conciertos vía streaming para todo el personal artístico y técnico que trabaje en la producción. Por otro lado, estudiarán la instrumentación de un protocolo con capacidad máxima de hasta 1500 personas en burbujas sociales de hasta 10 personas y con distanciamiento social, en relación a la cantidad de metros que tenga el espacio que albergue el espectáculo. Además, se está trabajando en un protocolo para la habilitación de auto-shows; eventos musicales y de otra índole en predios para automóviles.

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