El músico acaba de realizar su segunda gira por Ecuador presentando su último disco “Vasos Comunicantes”. Prisma dialogó con Germán sobre el disco y la experiencia de hacer música en formato independiente.

  • Reportaje y Texto: Julián Retamozo

El músico Germán Cóppola lanzó su 5° álbum de estudio, “Vasos Comunicantes” grabado en colaboración junto a Sofía Dellafiore (cantante y guitarrista). Una obra conceptual de composiciones propias e inéditas. Un compilado de historias que a simple vista no tienen punto de enlace, pero que de alguna manera ayudan a interpretarse mutuamente.

Dialogamos con el artista oriundo de Avellaneda sobre la propuesta artística del disco, su reciente presentación en Ecuador y lo que implica desarrollar una carrera en el circuito independiente.

Estás presentando “Vasos Comunicantes”, contanos un poquito acerca de este nuevo disco…

GC: Es un disco que grabé junto a una artista música y amiga llamada Sofía Dellafiore. “Vasos Comunicantes” está pensada como una obra conceptual. Son 3 canciones con 3 formatos distintos y 3 estilos que no se tocan. Pero la idea era que en la letra y el mensaje de la canción haya algo que las una. Las canciones vienen acompañadas de 3 videos también que fueron filmados por 3 directores distintos. La idea es que cada uno le dé una mirada distinta para lograr el material audiovisual. 

En cuanto a los videos, la puesta es muy interesante al ser diferentes los temas y directores. Ese juego de diálogos que se da entre los diferentes lenguajes…

GC: Tal cual. Era un poco la idea que planteé. Tenía ya las canciones por un lado y tenía que buscar un marco. Creo que así se enriquece más lo que uno quiere mostrar o dar a conocer. Me pareció bueno esto: son 3 historias que a priori no tienen nada en común, pero que una, de alguna u otra manera, hace entender a la otra y viceversa. Por más que una canción sea sólo con una guitarra, otra tenga un arreglo de cuerdas y la otra sea hecha con puro sintetizador. Hay algo en las letras de las canciones y en el material audiovisual que nos remite una a la otra, por más que no sea súper textual.

 

 

Sus composiciones están formadas por el swing del rock argentino, el espíritu bohemio del tango, el ritmo ancestral del folklore y el sonido urbano de los sintetizadores, mostrando cómo la música atraviesa cualquier tipo de etiquetas y fronteras musicales para convertirse en un lenguaje universal.

Estamos hablando ya de tu 5° trabajo de estudio. A nivel artístico, ¿en qué nivel te encuentra este disco?

GC: Yo venía trabajando mucho con cosas más acústicas. Había grabado un disco de composiciones folklóricas para formato de orquesta. Si bien no era un folklore tradicional sino moderno, tenía sonoridad acústica. En “La Escritora Fantasma” también tenía esa cuestión más de canción pero con sonoridad acústica. Y en este último tiempo me empecé a meter más en el mundo de los sintetizadores, de la programación y componer desde la producción. Un lugar al que yo nunca había encarado, porque yo soy músico, soy docente, estudié en la Escuela de Música Popular, hice la carrera de Tango y Folklore. Mi formación viene de otro lado. Fue empezar a adentrarme en ese mundo que me encanta también. No sólo escucho tango y folklore, también escucho a Wos por ejemplo. Estoy en eso ahora: en plena investigación, tratar de incorporar esa sonoridad y ver cómo mezclarla con lo que yo traigo, que siempre es lo más difícil.

Y esa convivencia de diversos géneros como el tango y el folklore, quizás al ser independiente, se vea favorecida a la hora de la producción…

GC: Sí, porque no hay una impostura que te obligue a sacar un disco con determinadas características. A mí siempre me gustó no estancarme en un solo estilo. Siempre me gustó la diversidad, ir buscando y probando. Y en el resultado de esa búsqueda uno ve resultados que después le cierran más, otros que no tanto. Lo que siempre me sirvió fue atravesar esas situaciones, por eso no tengo límites. “Yo soy tanguero”, “yo soy folklorista” o “yo sólo hago canciones”, no. Trato de enriquecerme de cada estilo, eso es lo que más me atrae. Y, a la hora de hacer, aprovecho esa libertad que es como un motor también.

Estuviste haciendo una gira por Ecuador, ¿cómo fue esa experiencia?

GC: Estuvimos un mes, viajamos justo antes de la pandemia, y fue volver a un lugar que yo ya conocía, donde también tengo muchos amigos músicos los cuales también me ayudaron porque fue una gira independiente (donde uno tiene que costear todo y tiene que andar viendo qué le resulta y de qué manera). Fui laburando a distancia con amigos y músicos independientes, creando un canal, una red. Fue una experiencia espectacular porque fuimos con este material nuevo. Tocamos en un montón de lugares, en teatros, en la Casa de la Cultura. La verdad es que la gente de allá recibe a la música nueva de una manera bastante abierta. La pasamos muy bien y la verdad es que no daban ganas de volverse. Cuando pasás por una gira tan exitosa, no en cuanto a lo económico, sino en cuanto a lo que te deja humanamente, es hermoso.

 

 

Músico autogestivo e independiente, Germán Cóppola cuenta con 5 discos de composiciones propias con diferentes formaciones y géneros musicales. Asimismo, ha participado y colaborado en un sinfín de discos de colegas, como arreglador, pianista, acordeonista, guitarrista y cantante.

El objetivo quizás no pasa tanto por lo monetario, sino por cumplir ciertas metas humanas, artísticas. En ese sentido, quizás están todos los casilleros completos…

GC: Totalmente, si vos te dedicas en tu profesión a lo independiente, tratás de buscar siempre un equilibrio, pero sabés que lo económico no es el objetivo. En general, que te sea rentable es lo más difícil que suceda. Uno, como artista independiente,  trata de buscar el equilibrio para poder hacer lo que uno quiere. Siempre necesita del sostén económico, pero sabe que no es a lo que hay que apuntar, sino a todo lo otro que es lo que, de alguna manera, más nos llena. 

El de los artistas independientes es uno de los sectores más afectados por la pandemia. En ese sentido, muchos músicos me han comentado que están aprovechando este tiempo para crear porque otra cosa no pueden hacer. ¿A vos cómo te está afectando esta etapa?

GC: En lo personal, venía con el entusiasmo de la gira, de tocar un montón. Cuando apareció todo esto, hubo que parar y replantearse un poco. Me parece que este año es un tiempo de sembrar porque tocar no vamos a poder tocar fácil hasta el año que viene. Sembrar para cuando seamos libres de nuevo. Entonces,empecé a componer, a escribir algunas cosas para aprovechar este tiempo la producción en casa. A veces se hace fácil y otras veces no, porque toda esta situación es bastante cíclica. Los estados de ánimo, de humor… nos pasa a todos. Me lo planteé como un tiempo de sembrar para futuro. Asique estoy preparando un material nuevo, distinto.

¿Qué planes hay para cuando todo esto termine, más allá de este futuro disco en gestación?

GC: Sí, musicalmente tenía ganas de hacer un par de conciertos con mis temas en formato de orquesta: con cuerdas, con vientos, con una banda. Tenía ganas de experimentar por ese lado, no desde la grabación sino desde el vivo. Tenía pensado hacerlo este año y probar a ver qué me dejaba y qué no. Y tratar por otro lado de tocar en sets solo, con el piano o con la guitarra. Me gustaría que se pueda hacer eso el año que viene, con suerte, cuando se pueda. 

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